ALFIL NEGRO

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¿VIO USTED EL VIDEO?

Un muchacho frente a la puerta del hospital del IMSS de Magdalena de las Salinas en la Ciudad de México, con su padre agonizante tirado en el suelo, suplica que dicho hospital  público auxilie a su padre que se muere. Nadie del hospital lo recibe, ni le abren las puertas.

El padre muere ante la indiferencia del personal que ve el hecho, entre ellos un vigilante que no hace nada para avisar a enfermeras que, en voz del muchacho, pasan por el interior del nosocomio.

Por las causas y razones que sean, porque ya pasado el hecho que exhibe la deshumanización del hospital, de su personal y de la gente que rodea el hecho, con toda seguridad tratarán de minimizar lo que se ve en el video y a lo mejor hasta resulta que los culpables son el padre que murió a las puertas del hospital y hasta el hijo por andar pidiendo lo que se ve.

Lo que se ve es que no hay capacitación del personal del hospital, sean vigilantes, enfermeras o médicos, para tener criterio y sentido común para saber qué hacer en estos casos.

Lo que se diga no sirve de nada para este nuevo huérfano mexicano, que desesperado viendo que su padre moría lo llevó a un hospital público con la esperanza de que recibiría auxilio y lo que se encontró fue indiferencia, crueldad infinita y puertas cerradas.

Puede ser que haya tal miedo en el personal de los hospitales que ante el temor de que lleguen enfermos de Covid prefieran, como en este caso, no recibirlos y que mueran ante los ojos de todo mundo.

Puede ser. Pero sabiendo cómo están las cosas por la pandemia, ¿no debiera haber un protocolo para tener respuestas en estos casos?

Las imágenes son terribles, de un muchacho que les grita: “¡Señorita, todavía está vivo… ayúdennos!”.

Un vigilante se asoma, ve lo que pasa y no hace nada aunque parece que explica algo.

La escena pinta mucho de lo que pasa en nuestro país en este momento.

Instituciones de salud con miedo y sin medidas para este tipo de situaciones, y en medio de tanto dolor una deshumanización que lastima y destruye.

Cuando hay indiferencia ante la muerte de un ser humano y no se mueve un dedo para ayudarlo, algo no está bien, porque hay valores como la compasión y la solidaridad, que están en crisis.

Y luego las voces de los presentes que apuntan soluciones, pero que en realidad no saben qué hacer, algo así como las miles de voces que todos los días podemos leer en las redes sociales en que todos hablan pero en realidad no dicen nada.

Es una hora de confusión y de confrontación, de dudas y de incertidumbre, en que parece que nadie sabe qué hacer.

Este video que seguramente usted ya vio da mucho qué pensar y nos habla de miedo, temor e incertidumbre.

Todas las explicaciones que se den no le sirven de nada a este joven que no verá ya nunca a su padre.

Los responsables tienen mucho que explicar.