LAS VACUNAS
México y el mundo le apuestan a la vacuna contra el Covid 19 como la única puerta de salida a este problema, y además con razón, porque en este momento parece la gran solución a esta pandemia.
Pero vivimos un tiempo tan enrarecido y convulso en nuestro país, de tal enfrentamiento y confrontación, que tal parece que nada de lo que se haga se acepta como medida sólo para curar o frenar esta pandemia, sino que en todo se ven segundas intenciones y propósitos como se dice en la frase “nadie da pasos sin huarache”, o sea que todos buscan alguna ganancia y convierte las mejores acciones en río revuelto para ganancia de pescadores.
Que la vacuna es una solución, parece algo que todos aceptan, pero el problema viene en su manejo que no debiera tener ningún problema, pero los tiene y grandes.
El problema inicia desde su compra, porque en opinión de funcionarios del gobierno federal como López Gatell, esto le corresponde por ley y sentido común al gobierno federal y dijo que la compra por los estados o empresas privadas no era posible y calificó estas actitudes de querer comprar vacunas de parte de algunos estados como no racional y más por egoísmo y por tiempos electorales.
Quizá fue el primero en hablar de la vacuna como argumento electoral y prendió la mecha en este asunto.
Porque entonces el tema confronta no a Gatell sino al Presidente con voces opositoras, en que fue señalado de querer acaparar la vacuna en compra y distribución como esquema de propaganda, para querer pasar como la mano que curó a México de este virus y poder cobrar el reconocimiento en votos en el 2021.
Como que no había necesidad de este hecho.
Hace unas horas el Presidente dijo que tanto las empresas privadas como los gobiernos estatales pueden comprar la vacuna para aplicarlas en las entidades federativas que así lo decidan, y en cuanto a las empresas para comercializarlas.
Desde luego es obvio el revés a López Gatell.
Pero faltaba algo más. Las empresas una vez que se enteraron de que podían comprar y comercializar la vacuna, avisaron que nunca hablaron de comprar directamente la vacuna sino que estaban y están dispuestos a colaborar con el plan de vacunación en cuestión de logística, en su plantación y desde luego en su financiamiento.
Los hechos dicen que quien prendió la lumbre fue Gatell y que el Presidente evaluó la situación y seguramente vio que era necesaria la mano del sector privado y de los gobiernos estatales para llevar a buen puerto la vacunación.
Pero por lo que se ve hay gente que actúa pensando en sus parcelas, no en las de México ni en las responsabilidades del Presidente.
Lo mejor de todo es que ya empezaron a llegar las vacunas y que se va aclarando el panorama en que por encima de otros intereses, está la salud de los mexicanos.
La cuestión ahora es, ¿y cuándo nos tocará la vacuna?.