ALFIL NEGRO

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LA PANDEMIA TIRÓ MÁSCARAS 

El fin del año 2020 pasará a la historia como una época sombría llena de miedos y temores, y en miles de hogares, habrá heridas terribles por la pérdida de algún ser querido por el Covid-19.

La pandemia nos mostró toda nuestra fragilidad individual y colectiva, porque a golpes de dolor, entendimos que los grandes problemas que afectan a toda la comunidad sólo se resuelven con la participación responsable de todos, y no sólo del gobierno o sólo de los ciudadanos.

Y para mostrarnos en nuestra urgencia de tener el apoyo de unos con otros, ningún mes como el que vivimos ahora, el de diciembre, que debiendo ser el mes de la alegría familiar, de los amigos, de los planes y proyectos para el futuro, la apuesta más importante de casi todos es la de tener salud y de vivir, porque es lo que está en riesgo en todas partes.

Difícil ver cómo se cierran las iglesias, donde el creyente encuentra consuelo en su fe y en la oración, o ver cómo la gran festividad de México, el 12 de diciembre de la virgen Morena, se vive a medias, con medidas que evitan peregrinaciones y las mañanitas se restringen, y ni se digan las expresiones de fe popular como los niños vestidos de Juan Diego y las niñas con vestimentas mexicanas.

Las posadas serán igual de medidas y a media luz, porque estamos en los días más difíciles de la pandemia.

Seguramente la Noche Buena se convertirá en una celebración de fe, por las oraciones al todopoderoso para que vea con ojos de misericordia a los hijos, a los padres y a toda la familia en estos días de pesar y preocupación.

Y el fin de año en celebraciones que más bien serán reflexiones para esperar que el 2020 pase y se olvide, como un mal sueño por los contagios y fallecimientos.

No será un fin de año como otros, sin duda alguna.

Es un año que nos marca y que nos grita que los grandes retos sólo se solucionan con el esfuerzo de todos, y que descubre a los pescadores a río revuelto, que miserables quieren sacar raja política para sus parcelas.

Porque esta pandemia tiró caretas y máscaras, y mostró el verdadero rostro de quienes trabajan para el bien de todos, y también la cara de quienes no  mueven un dedo si no es para ganar algo.

Que de todo hay en la Viña del Señor.

Han caído caretas y máscaras de muchas gentes que, en plena pandemia, buscan con presiones el dinero que durante mucho tiempo les dieron dizque para los pobres. Ahora con la pandemia, encontraron un excelente pretexto para exigir billetes para los pobres desamparados, que siempre ha sido su argumento para que recibieran dinero.

Aunque esta vez no hubo de piña, porque los programas para atender a todos empezando por los más necesitados, están en marcha con orden y disciplina en el manejo del dinero.

Y caen máscaras de grillos, que en plena pandemia no se tientan el corazón para sus movidas, en todos los partidos y grillos de todos los tamaños.

La pandemia ha permitido esta caída de máscaras y el ruido llegó a todos lados.

Usted los conoce… los conocemos.