ALFIL NEGRO

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NO SE RESIGNAN AL CIERRE DE LA MINA

Ser dueños de una mina que generaba buenos dividendos para mucha gente, con una bandera noble como es la causa de los pobres, debe ser terrible, porque eso de ver que sus métodos de lograr dinero ya no funcionan, aunque se den plantones, marchas y amenazas, y otro tipo de presiones, como que no les causa mucha gracia.

Hasta hace poco, antes de AMLO, eran muchas las organizaciones, supuestamente de tipo social, que lograban buenos apoyos en dinero para sus proyectos, se supone para el bien de los más necesitados; aunque la revisión de estos dineros no se hiciera con certeza y siempre quedaba la duda de su aplicación.

Con este método, estas organizaciones crecieron y se fortalecieron con una clientela que al final les dio poder político, incluso con cargos de fuerza en puestos importantes, que sin la responsabilidad de partido político, en los tiempos electorales eran una fuerza que contaba para las apuestas electorales.

La fuente de su poder radicaba en la forma como podían obtener recursos, que aumentaba su fuerza entre mucha población que veía algún logró aunque no fuera todo.

La llegada de Obrador a la Presidencia de la República, acabó con la mina de oro.

Decidió el Jefe de la Nación, que no hubiera más dinero para estas organizaciones, porque dijo que se quedaban con los dineros en negocio redondo.

Y no hubo dinero ya para ellos.

El Presidente fue muy claro cuando dijo que la entrega de dinero será directa a los beneficiados, aunque no les guste a quienes estaban acostumbrados a jinetearlo y manejar el dinero del presupuesto, y se quedaban con una cantidad considerable y que ni con gritos y sombrerazos, ni insultos ni nada, evitarán que se acabe la corrupción.

Esto lo dijo en Cholula,  Puebla, donde la agrupación de Antorchistas manifestaba su enojo por la decisión presidencial.

Actualmente hay un plantón antorchista en Plaza Juárez, con reclamos de pago para maestros de una escuela antorchista en Pachuca.

La escuela al parecer tiene clave de escuela particular, que posiblemente en algún momento pudo recibir apoyos, que las circunstancias actuales parecen no permitirlo por la situación económica de México y porque el pago de maestros los hace la federación, no el estado.

Sin embargo, este hecho es símbolo de la manera en que agrupaciones que antes lograban buenos apoyos, ahora ya no.

Ni modo, la mina se cerró.