NO SÓLO PERDIERON LA ELECCIÓN, PERDIERON HASTA LA VERGÜENZA
Perder nunca ha sido motivo de orgullo o motivo para lucirlo, pero lo que marca la diferencia entre una actitud digna en esos casos es saber perder, no culpar al vencedor, que no es más que una excusa para no aceptar responsabilidades que pueden y deben llevar a reconsiderar las causas que motivaron esa derrota, y de esa manera, con honestidad, aceptar que algo o mucho se hizo mal, y que sólo mejorando esas fallas se puede volver a ver salir el sol.
En la elección que acaba de terminar, hay un partido que no sólo se da como el más perdedor, que es Morena, sino que por sus actitudes absurdas de querer ganar en el grito y las descalificaciones, y seguramente en los tribunales y no en las casillas los municipios, da una muestra de que además perdió hasta la vergüenza.
Esto no quita, que en los municipios donde de acuerdo a la ley y los hechos pueda y deba pelear lo que considere que ganó, pero siempre dentro del marco legal y por eso los casos de Pachuca y Tulancingo, que la cuenta de votos decidirá.
Eso, es legal.
Pero aventurarse a lo que anuncia el presidente nacional de Morena Alfonso Ramírez Cuéllar, de supuestamente tener ese panorama en 15 municipios, o la alegata que quiso imponer en el escenario la candidata perdedora de Mineral de la Reforma, Hilda Miranda, es una verdadera necedad ante la evidente victoria de Israel Félix.
Morena debe aceptar, que cosecha lo que sembró, de desorganización, abusos que en su nombre se cometieron de parte del grupo de Sosa, el haber dejado que este grupo manejara al partido como una más de las empresas del patrón de la Universidad, y el que los morenos de verdad hayan dejado que pasara todo esto escondidos en sus parcelas.
Es el momento de aceptar la realidad, y darse cuenta que sin el nombre y foto de Obrador en las boletas valen muy poco.
Deben aprender de su rival el PRI, que tuvo el valor de aceptar su realidad después de la paliza de 2018, y desde esas ruinas construir un edificio de la victoria.
Si no lo hacen, y se mantienen en su actitud de protestar todo y no aceptar lo que son en realidad, en el 2021 la derrota será más fuerte.
Finalmente, la derrota ayuda a poner los pies en la tierra y a darse cuenta que tiene que haber trabajo, unidad y disciplina para aspirar a ganar.
El tiempo en que bastaba tener el uniforme de Morena para ganar ya pasó.
Ahora se tiene que trabajar con responsabilidad, porque como están actuando dan la impresión de que no sólo perdieron la elección, sino la vergüenza y esa se gana con dignidad y responsabilidad… no la venden en la botica.
