ALFIL NEGRO

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APRENDÍ…

En el patio de mi casa 

miro un colibrí de jade

del cerro de las navajas,

que me mira mientras vuela 

y me dice en su mirada

de noche y de luna blanca,

que la vida es un instante,

un momento de infinito,

que a veces por la premura

ocupamos sin sentido,

pensando que lo importante 

es la fama o es el dinero,

olvidando lo que vale

y lo tenemos enfrente…

La pandemia es una puerta

para mirar lo que vale,

lo que nos hace eternos,

aunque nadie nos  recuerde,

esta enfermedad enseña

que vivir es un momento

años, meses y unos días

pero que la vida pasa,

se nos va todos los años,

y nos grita que la apuesta

más fuerte de este camino,

no es la fama o la riqueza

porque El Oro aquí se queda,

lo mismo fama y poderes,

que conforme pase el tiempo

no seremos ni recuerdo

Y entonces ¿qué es lo importante?

¿para qué sirve la vida?

¿De qué se arrepiente el hombre

cuando termina el camino?

¿de no tener mucha plata,

de no ser tan poderoso,

de no tener muchas casas

y cuentas de muchos ceros.

¿En las cajas de los bancos?

El colibrí que me mira

parece que se sonríe,

y me dice con su vuelo

que lo importante en la vida

es la esposa y nuestros hijos,

los hermanos y los padres,

los amigos y la gente…

Es agradecer al cielo,

por ver crecer a los hijos,

abrazarlos cuando sufren,

alegrarse con sus logros,

cantar siempre agradecidos

por el padre y nuestra madre,

por poder llevarles flores

en sus tumbas de recuerdos,

por respirar aire fresco

ver al cielo con su luna,

recordar al viejo pueblo

con sus calles empedradas,

tener fresca la memoria

de posadas y rosarios,

y sentir que eso es la vida,

lo que de veras vale.

Y que en muchas ocasiones

olvidamos deslumbrados

pensando que lo importante 

es lo que menos vale…

La pandemia me lo enseña,

mientras vuela un colibrí 

del jade de las navajas,

y de noche luminosa 

que  ilumina mi camino,

y me señala la senda 

importante de verdad…

La vida es corta y se pasa,

es oportunidad de cielo,

es un reloj con alarma

que suena cuando termina,

horas, semillas eternas

que cada quien utiliza

y siembra como decide,

y cuando el tiempo acaba

cosecha lo que sembró.