LA ENCUESTA QUE VALE ES LA DEL 18 DE OCTUBRE
La elección está a cuatro días de distancia, lo que quiere decir que ya llegó después de todo lo que pasó en este proceso interrumpido por la pandemia, lo que obligó al Congreso a elegir Concejos Municipales en tanto se eligen los alcaldes constitucionales.
Pero pese a todos los inconvenientes, la fecha está a la vista.
Las campañas terminan hoy, con todos los inconvenientes que tuvieron por la pandemia y será el ciudadano el que decida con su voto.
El voto ciudadano es el único que da la autoridad al candidato ganador en la democracia.
Hasta antes de la elección se aventuran juicios sobre posibles ganadores, por lo que se ve de buenas campañas y propuestas sensatas y por lo que se ve de aceptación de la gente y la situación de los partidos y grupos políticos, como en el caso del Grupo Universidad donde se puede leer que los que se cobijan bajo sus alas están en situación de riesgo.
Los debates también ayudan a tener elementos, para ver quienes tienen espolones para ganar y quienes no.
Y en esta época previa al día de la votación, surgen las encuestas en las que se afirma que previo trabajo con la ciudadanía, Fulanito o Zutanito es el vencedor.
Por desgracia, este trabajo de opinión pública ha perdido valor, porque en algunos casos se hacen al gusto del cliente, como las tortas de chicharrón o de carnitas, como quiera el que paga y así no se puede.
La encuesta que vale es la votación ciudadana, la del 18 de octubre, las otras tienen su valor, pero al final son sólo una opinión que puede o no reflejar la voluntad real del que vota. Es el voto la gran encuesta, la que da como resultado a vencedores y vencidos.
Es el ciudadano con su crayón en la urna el que decide.
Lo demás son sólo puntos de vista, en muchos casos serios y profesionales y en otros parte de las campañas.
Por eso hay elecciones, de lo contrario bastaría hacer una encuesta para tener un ganador y se ahorrarían gastos y trabajo.
Pueden decirnos el clima del proceso, como un termómetro, pero no son definitorias de una elección.
Quien se confía porque una encuesta lo da como ganador, está perdido.
La voz de la urna no la puede suplir otra voz…