EN LOS ÚLTIMOS METROS, SE GANA O SE PIERDE
En las competencias de atletismo se sabe que son los cierres en los últimos metros, donde se ganan o se pierden las competencias, y de nada sirve ir punteando casi todo el recorrido para perder en el último tramo.
Es cuestión de estrategia, de planes, de visión y conocimiento de los otros corredores, para ganar la medalla de oro, porque del segundo lugar nadie se acuerda.
En asuntos electorales pasa algo parecido, porque de muy poco sirve ir adelante casi toda la campaña, para que en los últimos días se pierda por confiados o por soberbios.
No hay que olvidar la carrera de la tortuga contra la liebre, que se durmió pensando que en dos patadas vencía a su contrincante. Al final gana la tortuga a una liebre confiada y soberbia.
Faltan aparte de este día, 2 de campañas en que poco cambiarán las cosas en cuanto a logros con el electorado, que tiene ya una idea de por quién votar. Sin embargo, no se pueden descuidar estos días, porque forman parte de los metros finales.
Sin embargo, es el día de la elección el 18 de octubre, en 6 días, la clave para no dormirse y para estar con un ojo al gato y otro al garabato, porque el camarón que se duerma, se lo puede llevar la corriente.
Es el día en que los presidentes de los partidos, tienen como obligación encabezar las estrategias de vigilancia en las casillas electorales, y para pesar y medir el ritmo de las votaciones y frenar los escenarios que pueden empañar el proceso y las malas ideas que pueden darse.
Es día para que los mismos candidatos estén atentos a lo que puede pasar y para que las áreas de comunicación social estén con velocidad adecuada de respuestas precisas y a tiempo para frenar rumores de los que se adelanten a cantar victoria, aunque serán derrotados y desde luego la necesaria presencia de sus candidatos y de sus partidos.
Seguramente cada sede de los partidos será un nido del águila, desde donde se moverá el corazón de cada instituto.
Y también, ya por la tarde noche, todos estarán atentos para saber los resultados. En algunos partidos hay fiesta y celebración por las victorias, pero ciertamente en que cada quién cosechará lo que hayan sembrado.
Parece que todos podrán celebrar, menos uno que se perdió en los abusos de un grupo que ni moreno es y que le impuso candidatos que sin su patrón dieron pena.
Ojalá que la frustración no provoque hechos de violencia.