ALFIL NEGRO

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CABALGAN LOS JINETES DEL APOCALIPSIS

  • Ni modo de no ver  en las calles y avenidas de nuestras vidas a estos cuatro jinetes, en cabalgaduras casi desbocadas

El libro profético del Apocalipsis, escrito por San Juan en la isla griega de Patmos, describe en alguno de sus capítulos un escenario de catástrofe personalizado por cuatro jinetes, en caballos que por su mismo color hablan de lo que significan en su acción. Estos cuatro jinetes son: hambre, guerra, peste y muerte.

Ni modo de no ver  en las calles y avenidas de nuestras vidas a estos cuatro jinetes, en cabalgaduras casi desbocadas, que corren sin control en esta hora de dudas, dolor, incertidumbre y oscuridad.

La peste y su caballo amarillo: No se puede negar que corre por todas las calles del mundo y desde luego en nuestro país,  y nuestra tierra, sembrando en unos, urgencias para frenarlo y cerca de 400 mil mexicanos ya subidos en este corcel de la pandemia; su uniforme es el Covid-19, y no deja de hacerse presente en todos lados.

La muerte, en su caballo macilento: Recorre el país con cerca de 50 mil fallecidos, que pueden crecer, si se aplica una regla de medida extrema. Este es un jinete que no descansa.

La guerra: En su rostro de violencia, golpea a nuestro país de manera inmisericorde. En nuestro estado, se mantiene a raya por las buenas medidas instrumentadas para frenarlo.

El hambre. Se acerca cada vez más a nuestras ciudades y pueblos de México, en mucho por la pérdida  de empleos, que hasta poco se contabilizaban en más de 12 millones de mexicanos sin trabajo a causa de la pandemia, y al crecimiento de la pobreza extrema, en más de 10 millones de mexicanos que no podrán comprar la canasta básica. 

Son los cuatro jinetes del Apocalipsis, que sólo se detendrán cuando haya decisiones y medidas, en que participen todos con responsabilidad.

No son jinetes ni caballos que tiemblen con la oscuridad.

Históricamente, se alejan cuando los pueblos y las naciones actúan con disciplina y unidad.

La pandemia alienta actitudes muy raras, en las que influyen quienes no toman las cosas en serio, y en su irresponsabilidad arrastran a otros y dañan a muchos.

Los cascos de estos caballos y las voces de sus jinetes se oyen por todas las calles, de todas las ciudades, pueblos y comunidades.

Como sea andan sueltos y actuantes, y van en serio.

Son miles los enfermos y los que han perdido la vida.

La respuesta es una sola: trabajo en equipo, las autoridades guían con creatividad y trabajo, que en Hidalgo alcanza ya una respuesta muy buena en  el proyecto PROMETHEUS.

A lo mejor la sociedad debe acelerar el paso, para ahuyentar a estos terribles jinetes.

Los días de encierro cansan y molestan, y provocan daño en la economía, dando paso a la actitud miserable de grillos que quieren sacar provecho de este momento.

Junto con los cuatro jinetes del Apocalipsis, es la hora de cerrarles la puerta y dejarlos fuera.

Sólo así…