LA MONA AUNQUE SE VISTA DE SEDA, MONA SE QUEDA
- En política, parece una práctica muy extendida entre los que buscan el poder
Este es un refrán que significa que no por cambiar el exterior, cambia la esencia de las personas, que siguen siendo -por intereses o por vocación-, los mismos de siempre, aunque busquen aparentar lo que no son, generalmente porque así les conviene.
En política, parece una práctica muy extendida entre los que buscan el poder, esas personas es común que busquen cambiar su esencia y aparecen muy cariñosos con niños y gente mayor, dispuestos a comer tacos en los mercados y con un gesto muy generalizado de atender, inclinando la cabeza, a los ciudadanos.
No se muestran como son, por alguna razón.
Y se llega al caso de que para su propaganda, en las fotos que cuelgan de los postes, previo trabajo de computadora, se quitan tantos años que nadie los conoce, y surgen preguntas como: “¿y este quién es?”.
Siempre buscando dar otra cara, menos la propia.
Y ahora que vienen elecciones, no dude usted que los grillos busquen mostrar un rostro diferente al verdadero, hasta el grado de buscar aparecer como los grandes aliados de AMLO, aunque esto no sea cierto, como es la realidad del Grupo Universidad.
No parece muy difícil medirlos como son en realidad, porque aunque busquen mostrar un rostro con cirugía plástica, es obvio que por ellos hablan sus actos.
Uno sabe en Hidalgo quién es quién, porque conocemos sus acciones y por lo mismo las mascaritas de nada servirán.
A lo mejor, hasta hace poco, impresionaban con sus poses de pueblo, caminando por las calles, entrando a los mercados, comiendo tacos, besando niños y viejitas, pero para estos tiempos lo que uno busca es que sean honrados, y que tengan capacidad para los cargos.
La pandemia dejará un reto muy fuerte para los que buscan ser alcaldes y por ello parece la hora de elegir a buenos alcaldes, que puedan con el paquete.
Desconfíe de los que se presentan con máscara de amigos y como muy buenas personas, o tan cercanos a la gente que quieren parecer casi como nuestros vecinos.
Pueden hacer circo y teatro, pero lo que nos hace falta es gente capaz y honrada, que mejore las cosas en los ayuntamientos.
Por ello es válido decir que, “la mona aunque se vista de seda, mona se queda.”
Y muchos ya monearon.