ALFIL NEGRO

LOS TRABAJOS DE ERIKA Y JULIO

La elección de alcaldes, que puede ser este año según dijo el INE, no es un trabajo fácil para el PRI, por más que el escenario pareciera ideal para que los tricolores cobren revancha de la paliza  del 2018, empezando porque el partido supuestamente fuerte en este momento, no ha sido capaz ni de elegir presidente, después de más de un año de caminar sin cabeza y de ser víctima de un saqueo despiadado, de lo que representa de poder, por un grupo político que se apoderó de las candidaturas para diputados, y ya en el Congreso de por lo menos nueve legisladores, que representan a su jefe y patrón, pero no a Morena ni a AMLO, aunque así lo quieran hacer creer con gritos y desplantes, porque ya en los hechos, que es lo que vale, muestran su real rostro, que no es moreno.

Se debe sumar a este escenario de desastre de Morena, el buen trabajo de Erika y Julio, Presidenta y Secretario General del PRI en el estado, que han tenido el sentido común de una autocrítica valiente de las causas de la derrota y de que con esta visión  realista de las cosas, hayan encaminado sus esfuerzos a fortalecer en el PRI los valores de orgullo partidista, de lealtad y convicción, de darle su valor a los miembros verdaderos del instituto y no a quienes se sentían y actuaban como dueños del partido.

Pero quizá donde más han insistido con buen sentido, es en la unidad del partido, en la convicción de que sólo unidos alcanzarán victorias y que desunidos caminan al precipicio.

Pero ya en lo que se supone la recta final para elegir candidatos, es cuando los trabajos de Erika y Julio crecen, porque es cuando reaparecen los viejos hábitos, en que por encima de la unidad se busca ganar con acciones poco leales.

El caso más representativo es Pachuca, que por lo que se ve tienen todo para recuperar, y que pueden perder si no meten al orden a una incipiente, pero no por ello menos real batalla de lodo, que se ve en contra de uno de sus aspirantes que lleva buena delantera y tiene todo para ganar.

Lo peor de todo, es que por más que escondan la mano del que tira la  piedra, deja muchas señales de donde vienen las pedradas y los golpes.

Por otro lado, hay signos por la guerra de lodo, que ya se tiene visualizado al que será el abanderado por Pachuca, por experiencia en el servicio público e indudable capacidad para ofrecer respuestas a este municipio insignia, en la época más difícil que viene después de la pandemia.

Erika y Julio, seguramente encontrarán el camino para frenar este tipo de acciones y hacer de la unidad el arma principal para ganar.

Lo lo más fuerte sería que esta guerra negra, naciera de acuerdos en lo oscuro con grupos o gentes que buscan con todo no sólo dañar al aspirante más serio sino al propio gobernador, que por su buen desempeño, es carta de buenos tiempos para su partido, porque el ciudadano premia o castiga a los buenos gobiernos de los partidos  con la confianza en las elecciones.

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