HOY NO ES AYER

Hay días parecidos, pero no iguales exactamente, porque todo cambia, se transforma y evoluciona en el paso de la naturaleza. Y en política sucede lo mismo, los poderosos de ayer ya no lo son y vienen nuevas personalidades a ser  las  que ejercen el poder, porque el ejercicio del mismo desgasta, hace mella en grupos y personas, partidos y gremios,   y la sociedad voltea su voluntad a quien le garantice, mínimo la esperanza de vivir mejor.

Hace dos años en México cambiaron las cosas, y el partido en el poder  por muchos años, que era el PRI,  fue desplazado no tanto por otro partido, sino por AMLO,  que supo capitalizar el hartazgo ciudadano, de un sistema invadido de corrupción y de impunidad.

Las cosas cambiaron.

Y los que mandaban entendieron que para volver a ganar necesitaban entender,  que fueron sus errores los que los llevaron a esa gran derrota del 1 de julio del 2018.

De ellos dependerá que en elecciones por venir, recuperen el capital perdido.

En esa posibilidad, cuenta  mucho el desgaste de los ganadores del 2018, sobre todo en temas tan importante para todos como son:salud, economía y seguridad, donde muchos opinan que no lo han hecho bien,  como en las respuestas tardías y malas contra la pandemia y que ha costado miles de enfermos,  y más de 27 mil fallecidos, que tienen familiares que no ven bien  lo qué pasó con su pariente. 

Y ni se digan los miles de desempleados, que por razones poco comprensibles se quedaron sin empleo,  y  lo qué pasa con la violencia,  que casi  todos los días golpea con asesinatos terribles.

Pero eso es a nivel nacional.

Aquí en casa,  las cosas no están mejor para los ganadores del 2018.

Hoy ya no es como ayer.

Las cosas cambiaron,  porque para mucha gente, los ganadores no fueron los de Morena, sino los del Grupo Universidad, que en la media hora que tuvieron de poder,  abusaron con acciones torpes y de nuevos ricos.

La mejor prueba de que hoy no es ayer, fue la forma como el Congreso trató a Baptista,  uno de los alfiles de Sosa, al que tacharon de flojo y ratero, pues durante un año y tres meses no trabajó en comisiones y sólo se dedicó a la grilla.

Puede ser que un tribunal le dé chance de estar en una comisión, pero queda claro, que hoy  no es ayer,  y que no lo soportan ni los diputados que son de su grupo.

Cambia el escenario.

Lo que fue ya no lo es.

La garza volaba, ahora es correcaminos.

Todo cambia, se transforma  y evoluciona.