TODO REINO, CIUDAD O CASA DIVIDIDA, PERECERÁ
Ni la pandemia con sus más de 5 mil fallecidos y más de 47 mil contagiados, logró unir a nuestro país, y más bien sirvió para confrontar más a los mexicanos en una lucha de dos grupos bien claros: los que son del Grupo del Presidente y su 4T, y los que están en contra de su modo de gobernar.
Y no hay unidad, ni un país con metas comunes, que en la actual pandemia enfrente como nación esta pandemia, ¿qué lastima tanto a nuestra gente?
El libro sagrado es muy claro sobre lo que produce la desunión, cuando dice: “todo reino, ciudad o casa dividida, perecerá”, en el entendido de que la falta de unidad o clima de enfrentamiento, lleva irremediablemente al fracaso a los pueblos, sobre todo cuando de la unidad depende superar los retos y problemas, como en el caso presente del virus.
Lo que se ve en nuestra sociedad, es una lucha diaria entre los dos grupos señalados, que todos los días se enfrentan sobre todo en redes sociales para exhibir, burlarse y denigrar al de enfrente.
Las conferencias del Presidente se han convertido, por desgracia, en señalamientos de quienes deben ser tundidos, se dice, por no estar de acuerdo con la 4T.
Y el dedo presidencial ha señalado a periodistas, medios de comunicación, médicos, ingenieros, economistas, instituciones, organismos, empresarios, entre otros, que se convierten en objeto de caza por sus seguidores.
Del otro grupo tampoco están mancos y con lupa le buscan y escudriñan lo que suponen errores, para tundirlo de fea manera.
El resultado es un pueblo enfrentado en actitudes de los dos grupos, con la convicción de que el de enfrente no sirve y hay que acabarlo.
Y así no se puede tener resultados buenos en casos como el del virus
Crecen la desconfianza, las dudas, el temor y la incredulidad de lo que digan o propongan los enfrentados.
En el caso del virus, el gobierno federal dice una cosa o propone algo y los del otro grupo de inmediato cuestionan y rechazan lo que se dice, porque, señalan, no son nacidas de la capacidad o de programas bien apoyados con personal, implementos médicos o presupuestos adecuados .
Y la duda crece, porque la realidad, que no necesariamente son las cifras oficiales, dicen algunos, tiene también la versión de las familias afectadas, de los médicos que señalan falta de apoyos reales y lo que no es oficial pero es la voz popular.
Y así no se puede salir del túnel, sin negar los avances que se deben tener.
Era una circunstancia que ni mandada a hacer para unir a México,
Parece que no se aprovechó. O por lo menos es lo que se ve.
