NO INVITE A LA MUERTE A SU CASA, NO LE ABRA
Mal haría usted en invitar a la muerte a su casa, y que ésta se hiciera presente con daños a su familia, porque nunca se lo perdonaría en toda su vida.
Es cierto que el fin llegará, porque es parte de la historia de todo ser humano, pero sería de verdad lamentable que usted fuera el que le abriera la puerta por actos irresponsables.
Y esto viene a cuento, porque vivimos momentos difíciles en materia de salud, en que el virus que ataca al mundo, sólo se frena si hacemos lo que nos toca hacer, sino, somos responsables de convertirnos en agentes de la muerte.
Son conceptos fuertes, que tratamos de evadir incluso en nuestros pensamientos, porque lo que queremos es salud en nuestras familia a toda costa.
Pero en este momento, con esta enfermedad, es cuando mucho del éxito contra el coronavirus depende de lo que hagamos o dejemos de hacer.
Estamos en México en la tercera fase, que es la etapa más peligrosa, porque los contagios se dan por miles y los que mueren también.
Y mire, de nada servirá que en el estado el gobierno ponga en marcha programas y acciones fuertes, sobre todo en la prevención, como los 14 hospitales reconfigurados para atender sólo enfermos del virus; los generales de Pachuca, Tulancingo, Tula, Valle del Mezquital, Huasteca y del Altiplano, así como los 4 que maneja el ejército y los del IMSS , ISSSTE , Cruz Azul, Pemex y el de Respuesta Inmediata.
El gobierno estatal se prepara con 205 camas para contagiados. Y personal especializado para atender enfermos, lo mismo que con los convenios respectivos con hospitales privados.
Por ese lado muy bien, pero todo ello no funcionará como debe si usted no hace su parte. Se trata de cerrarle la puerta al contagio que es el gran peligro para la vida.
Por ello, si le piden quedarse en casa, haga todo lo posible para hacerlo en la medida de las posibilidades, lo mismo que el aseo continuo de las manos y el uso de gel.
Sólo de esta manera se logra cerrarle la puerta a este personaje indeseable. Usted, que como todos, quiere a su familia, demuéstrelo siendo responsable. No le abra la puerta de su casa a la muerte, ciérrela con actos responsables.