MIÉRCOLES DE CENIZA

“Hombre acuérdate
Que polvo eres,
Y que en polvo te convertirás”,
Nos dice el libro sacro
Para que recordemos,
Que  nuestro paso es corto,
Que así como comienza
Siempre llega a su fin,
Que nada es para siempre
Ni honores ni dolores,
Que nuestro tiempo es breve
Un sueño que termina,
Que al inicio del día
Siempre sigue  la noche,
Que de nada nos sirve
Aferrarnos al oro,
Al poder o alabanzas,
Porque el reloj divino
Nos cuenta los segundos
Y que cada camino
Tiene su meta siempre.

Que así como nacimos
Un día nos despedimos
Y sólo nos queda y cuenta
Lo bueno que hayas hecho,
Que la balanza mide
Lo bueno como malo
Y de acuerdo a tus obras
Así se juzgará.

La ceniza en la frente
Nos grita que la vida
Es apenas un soplo
Del viento que nos crea,
Que nacimos del polvo
Para volver al polvo,
Que en la agenda de vida
Lo que cuenta es la risa
Y el amor de los hijos,
La compañía sin precio
De la esposa amorosa,
El cariño presente
De hermanos y amigos
Hacer de nuestros pasos
Caminos de servicio
De servicio y respeto
De quienes nos rodean,
Y llegar a la meta
Con alma entera y fuerte,
Corazón convencido
De vivir atendiendo
Que el polvo vale plata
Si se forma de cantos
Aprendidos de niños,
De juegos en el parque
Con niños para siempre,
De imágenes que tienen
Lo verde de las milpas,
Las playas de cebada,
Los patos en el agua,
Mariposas tenangos
Y minas de Pachuca…

Entonces con orgullo
Y humildad franciscana
Diremos viendo al cielo:
“Señor, del polvo vengo
Y al polvo sé que vuelvo,
Pero este polvo, vida,
Me permitió mirarte
En los ojos cometas
De mis hijos luceros,
Amar en todo tiempo
A mi esposa regalo
Ver y aprender la vida
De mis padres queridos,
Y a entender que el tiempo
Es el polvo de origen
Reloj que nos regalas
Para tenerlo siempre
Convencidos que pasa
Que inicia y que termina,
Que es apenas suspiro
Que nunca, nunca olvides
Que del polvo venimos
Y al polvo regresamos.