ALFIL NEGRO

EL AÑO QUE YA SE VA…
 

El año que ya se va
Nos deja buenas lecciones,
enseñanzas de la vida,
espejo de nuestros hechos
Y luces para el camino
que nos da lo ya vivido,
nos queda claro en el alma,
que hay cosas que son lo fuerte
razones de vida y muerte
que dan sentido al camino
Y estrellas del sendero.
 
Conforme pasa la vida,
entendemos que son ellos
los que caminan al lado
la esposa, hijos y hermanos
lo que realmente interesa.
Y que sin ellos al lado
Vivir no tiene sentido,
porque el amor de la esposa
es el que vale la pena,
Y que la luz de sus ojos
basta para ser peregrino
con alegrías y tristezas,
Y que sin ella la vida
poco vale o vale nada.
 
Que los hijos son la causa
De que vivamos la vida,
Que su risa es nuestra risa,
Que su llanto es nuestra pena
Y que caminar con ellos,
Verlos volver de las sombras
Nos dice con grito fuerte
que todo tiene sentido
Y que el Señor nos bendice,
Cuando vemos que en su cara
Se retrata su sonrisa
Como cuando eran pequeños,
Y se dormían en los brazos
mientras del fondo del alma
Sonaba canción de cuna
Para el Niño que dormía.
 
El año que ya se va
Nos deja muchas lecciones
Aprendidas en la senda
de doce meses andados,
Reflexiones del camino
Que se aprenden caminando.
 
Me gusta despedirme
Pero no que se despidan,
Porque no es lo mismo alejarse
Que sentir que alguien nos deja.
 
Cuando un hijo te dice
De la mano de su esposa,
que ya se va de la casa
a vivir en otro techo,
el corazón late alegre
Porque decidió su vida,
Y los ojos se nos llenan
de lágrimas de tristeza
porque ese nuestro niño
Se hizo hombre con el tiempo
Y comienza otro camino,
Y estamos en la puerta
Esperando que regrese
de visita para vernos,
Porque aunque ya sea un hombre derecho y de ojos grandes,
Para su madre y su padre
Siempre será nuestro niño,
El del carrito de lata,
de los juegos en la calle,
que de pronto nos abraza
Y nos dice que se marcha,
como lo hicimos nosotros
cuando también nos marchamos
para iniciar nuestra historia.
 
Y creemos en milagros
Porque los hemos vivido,
Y rezamos como nunca
agradecidos y en llanto,
porque nosotros sabemos
que el milagro que imploramos
encontró manos amigas
del pescador de Judea
y de su Madre María.
 
El año que ya se va
nos deja las manos llenas
De fe, de amor y esperanza,
nos deja nuestra familia,
La sonrisa de los hijos
el amor de nuestra esposa,
El cariño del hermano,
la compañía del amigo
Y en el fondo de todo,
Ver que este nuestro camino
Vale la pena seguirlo,
Con la certeza en el alma
de que lo que siembras crece
en cosecha de sonrisas
en la risa de los hijos
Y en bendiciones de arriba.
 
El año que ya se va
Valió la pena vivirlo.

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