ALFIL NEGRO

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LO QUE APRENDÍ

El año que se va
Me deja mil lecciones
Que me dieron en casa
Los hijos y la esposa,
Los hermanos queridos,
Los amigos y el cielo,
El bosque, el viento fresco,
La lluvia que nos moja,
Las calles con sus voces,
Los barrios con su historia,
Los libros y su mundo,
Las horas del trabajo,
Las pláticas tenidas,
La oración en la iglesia,
La pena por los idos,
Alegrías que nos llegan,
Lecciones que nos vienen
Como aguinaldo eterno,
Que alumbran el camino
Y nos hace mejores.

Aprendí a hacer la cama
Y hasta a lavar los trastes,
Porque en estas labores
Mi esposa y yo,
Sentimos ser iguales,
Como iguales lo somos
Al extrañar a un hijo
Que un día de nuestra vida
Nos dejó para siempre,
Aprendí nuevamente
Que no hay mejor sonrisa
Que reír juntos siempre,
Y que esté en mi camino
Pues sin ella no hay camino,
Y juntos celebramos
La salud de la hija
Y que yo de su mano
Me atrevo en noche oscura,
Porque nada me espanta,
Ni siento que haga daño
El tiempo que nos  deja,
porque es bella por siempre
Y los dos enjuagamos
El llanto que nos brota
Cuando el hijo nos dice
Que abandona la casa,
Porque ya es capitán
de su barco de vida,
De sueños e ilusiones,
E Inicia su camino,
Su historia de viajero
Con nuestro amor por siempre.

Aprendí que en el cielo
Sigue habiendo cometas
Luceros y  planetas,
Que el viento no nos deja
Y canta con nosotros
Su melodía de historias,
de pinos y de bosques,
Que nunca estamos solos
Que siempre con nosotros
Caminan muchas gentes,
Camina la familia,
Caminan los hermanos,
Los padres nunca lejos,
 aunque  se hayan marchado
Presentes para siempre.

Y al frente de la marcha
El Señor de la historia
Del principio y las metas,
De la noche y el alba
Que nos mira y nos dice:
” vengan hasta mis brazos
Si el cansancio los vence,
Yo estaré con ustedes 
Y dónde estén reunidos
dos o más  en mi nombre
estaré con ustedes
Para comer alegre
El pan que esté en sus mesas”.

El año que se marcha
Deja muchas lecciones,
Porque es la vida misma
Que vive con nosotros,
Camina con nosotros,
Y cuando venga pronto
O tardada la hora,
Será en ese itacate
Donde estará la llave
Que nos abra las puertas
De una vida por siempre
Sin dolor ya
Y sin pena,
Mirando cara a cara
Al Señor de la vida,
Por siempre y para siempre.