DICIEMBRE
Me gusta el mes de diciembre
Por sus posadas y luces
sus piñatas y pastores,
Pero me emociona mucho
Ver y ver los nacimientos
con ovejas que en la cueva
adoran al Dios nacido,
Y ver la luz de bengala
que ilumina a los cantores
Y recordar mis posadas
en la iglesia de mi pueblo,
con la ilusión siempre nueva
de ganarme una naranja
Para llegar con mi Madre
Y dársela con cariño.
Las posadas de mi pueblo
son magia que no se pierde
Y ahora que ya soy grande,
cuánto extraño las piñatas
corazón de sueños idos
barro de estrellas y peces
mientras suena el dale, dale,
Y el mundo se crea de nuevo
cuando se rompen los jarros
refugio de fruta y dulces,
arcoiris con mil duendes,
que ruedan entre chiquillos,
Y yo sueño en mi naranja
que me tocaba esas noches
De cantos y de posadas.
A mí me gusta diciembre…
Porque el 12, nuestra iglesia,
se adornaba de colores
Y nuestra Virgen Morena
era más Reina que nunca
Y de mano de mi Madre
le rezaba como niño,
seguro de que escuchaba
mi súplica de pequeño,
Y la sentía yo tan nuestra
como la sigo sintiendo
ahora que no soy niño,
Pero conservo en el alma
su protección de señora,
Y mi oración no cambia
para mi Virgen Morena,
que escuchó hace unas horas
mi súplica ya de padre
para un milagro con llanto
Y nos devolvió a mi niña,
como solo puede hacerlo
una madre que comprende
cuánto se quiere a los hijos,
cuánto se sufre por ellos,
cuánta alegría cuando sanan.
Gracias mi Virgen Morena
Soy tu hijo y es orgullo
decirte con grito fuerte,
“No nos dejes morenita
Cuídanos todos los días
Madre nuestra, Madre Santa,
Mi Virgen de Guadalupe…”
Diciembre tiene historias
Con sonido de rosarios
De peregrinos y velas
De bengalas y pastores,
de una familia muy pobre
que pide a gritos posada
Y de un niño pequeñito
que nos abraza y conforta,
con su Madre que lo cuida,
de una estrella que ilumina
La noche de Navidad.
Me gustan los nacimientos
del barro hecho milagro,
de las humildes ovejas
cerquita del niño Dios,
Y el pesebre de mi pueblo
humilde como su gente,
no lo cambio por los nuevos,
Porque en ese nacimiento
nació la fe que profeso,
la esperanza en los milagros
Y la certeza que tengo
que lo que se pide a gritos
a ese niño y a su madre
Se consigue en nuestras vidas,
Porque el que nace comprende
la esperanza y la confianza
de los padres que en sus manos
ponen lo que más importa,
que es la vida de sus hijos.
Este diciembre es un signo
de la fe y de los milagros,
porque el Niño que nos nace
nos trajo como regalo
la sonrisa de mi niña,
la vida que nos regala
el Creador del Universo,
el hacedor de cometas
de los bosques y la lluvia,
el que dibuja arcoiris,
el salto de las gacelas,
El que puede con su mando
decirle a Lázaro: “anda”,
que traza con gran certeza
el camino de los astros,
los colores de la tarde,
el vuelo de los halcones,
la canción de los gorriones.
A mí me gusta diciembre.
Porque me dice que viene
otro año de mi vida,
que el camino no se acaba,
que tenemos más opciones
de subrayar lo importante,
de valorar lo que vale,
para que el día que se acabe
podamos decir contentos:
Traigo la bolsa repleta
de diciembres de oro y plata
Y como hacía con mi Madre:
Señor traigo una naranja
Como signo de mi vida,
de que supe en las posadas
abrir mi puerta amorosa
Para que el frío no te diera
Y ahora yo soy el que pide:
Señor dame una posada,
soy tu hijo,
Estoy cansado,
Recíbeme y con tus manos
cuídame mientras me duermo,
como yo cuidé tu sueño,
en el pobre nacimiento
De mi pueblo cuando niño.
A mí… me gusta diciembre.