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ALFIL NEGRO

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ERIKA Y JULIO, AHORA O NUNCA
  

Erika Rodríguez y Julio Valera conducirán el carro de guerra del PRI de Hidalgo para la contienda electoral del 7 de junio del año que viene, en que irán por la reivindicación del partido tricolor hecho trizas en la elección de julio pasado, donde no vieron ni qué ni quién  los atropelló.
Desde luego no es una batalla fácil y mucho menos como las de antes en que bastaba ir vestido de tricolor para ganar, hasta el grado de que ser candidato del PRI era de hecho tener en la bolsa el puesto que estaba en la pelea.
Actualmente ser candidato priista es una apuesta de alto riesgo, por la identificación que se le ha dado a este partido con los peores vicios de la política entendida como abuso, no como servicio a la ciudadanía.
¿Cómo estarán las cosas? Que priistas de muchos años, beneficiados con privilegios y canonjías, cuando vieron que el cielo se ponía gris, brincaron del barco tricolor y en una maroma  chapulinezca, se subieron al buque Moreno y hasta candidatos buscan ser por ese partido, entre otras cosas porque en ese partido nadie pone orden y los que mandan ni morenos son.
El PRI lleva ya una ventaja sobre otros partidos y en especial con Morena, porque ya saben quienes serán los capitanes y dirigentes de esta batalla electoral con la decisión del CEN tricolor de mantener en esos cargos a los actuales dirigentes, lo que provoca calma y tranquilidad entre los priista, que no entran en el juego de la pelea de la dirigencia como sucede en otros partidos.
Mucho tendrán que batallar Erika y Julio para devolver en sus huestes el orgullo de portar esa camiseta, porque la moda es más bien la de ser priista vergonzante, que ocultan cuanto pueden su corazón tricolor por vergüenza de culpas y pecados que a lo mejor ni cometieron, pero como en muchos casos, pagan justos por pecadores.
Revivir el orgullo por ser priistas, convencerlos de que su partido tiene el 7 de junio la oportunidad de volver a ser el gran partido que fue, darse cuenta que los priistas de pie casi por regla general son más víctimas que culpables de lo que pasó, es parte fundamental de esta encomienda que tienen Erika y Julio.
Pero esto se logrará si para la contienda eligen como candidatos a los mejores, a los que esos priistas de a pie quieren como sus abanderados y dejan en el sótano del arrepentimiento el viejo estilo de llevar a las candidaturas a recomendados, apadrinados, gente con palancas, que provocó lo que pasó.
Si los candidatos resultan de la voluntad de los verdaderos priistas, llevarán buena parte del camino andado.
Esto supondrá cortar líneas con quienes sienten que tienen el derecho de decidir las candidaturas, sean personajes que siguen pensando que sin su sabiduría nada puede lograr el partido y con grupos que una vez fueron poderosos y que viendo la ocasión se hacen los aparecidos  a través de sus voceros para intentar mangonear  al  partido, pese a que su historial es de abusos que finalmente hundieron al buque tricolor.
Otro frente será el de los priistas resentidos, que sienten que el actual gobierno no les dio lo que se merecían en cargos y nómina. Estarán más que listos para lanzar su red y pescar lo que se pueda y en un determinado momento, para cobrar venganza haciendo perder a su partido apoyando a candidatos de otros colores.
Sin embargo, Erika y Julio tienen un as en la mano para dar una muy buena batalla: el buen gobierno de Omar Fayad con logros, hechos y acciones que lo ubican como un buen Gobernador.
Es una carta que tienen la obligación de jugar en la contienda.
Con la advertencia de que sus rivales lo saben y desde hace buen tiempo mantienen una campaña para demeritar lo hecho por Fayad.
Las cartas están sobre la mesa… suerte para Erika y para Julio.