NO ES LO MISMO QUE LO MESMO
OJO: muchas fotos de Jesús Martínez en las calles. ¿Está en precampaña?. ¡No me digan que ahora quiere ser alcalde!
Al grano:
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, a través de la Sala Segunda determinó que los Congresos Estatales tienen facultad para asignar órganos de control internos dentro de las universidades, hasta en las instituciones dotadas de autonomía, ya que no lesiona esta facultad, porque las universidades no son sujetos de excepcionalidad del estado de derecho y de las reglas del Sistema Nacional Anticorrupción.
Y explicaron más al decir que las facultades de las instituciones educativas de nivel superior de ninguna manera dotan a las universidades de excepcionalidad extraterritorial o privilegio que las sustraiga del respeto al estado de derecho y enseguida habla de que los congresos estatales pueden dotar de un órgano de control interno a las casas de estudio.
La determinación de la SCJN no concuerda mucho con lo que decidió apenas en octubre del 2018 cuando echó para atrás la decisión de la legislatura 63 del estado que aprobó órganos de control interno para distintos organismos entre ellos la UAEH, para hacer valer el Sistema Nacional Anticorrupción y que motivó un mensaje en redes sociales del rector Pontigo que decía: “gana la autonomía universitaria”. No sabemos si ahora publicará uno que diga: “pierde la autonomía universitaria”.
Por cierto , Ricardo Baptista no dijo ni pío contra esta decisión de la Suprema Corte y se mostró dispuesto a colaborar con esta determinación de la misma, más que nada porque no le quedaba de otra.
No sabemos tampoco si ahora publicarán en su periódico la foto donde se ven a Sosa, el rector Pontigo y otros ex rectores tomados del brazo, como un muro de Trump contra la decisión del Congreso local de ponerles un órgano de Control Interno.
Ya que pasó el tiempo se ve que si hubieran dejado que hubiera este órgano de control, a lo mejor no se hubieran metido en tantas broncas contra Hacienda, porque pudo ser que se detectaran cosas.
Pero se impidió con todo que hubiera este Órgano de Control Interno porque en el fondo parece que el manejo de los dineros no es tan pulcro como debiera ser, con resultados vergonzosos como el manejo por lo menos raro del dinero de todos, porque es dinero público para situaciones como cuando detuvieron a una de sus contadoras con buen billete en Mineral de la Reforma, con aparición de parientes de Sosa y dizque defensoras de derechos humanos que defendían algo por lo menos raro, en el manejo de los dineros públicos.
Y luego los millones de dólares en un caso que la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda vio como posible lavado de dinero. Un caso en el que aun saliendo bien librada la universidad y Sosa, queda el antecedente de muchas dudas y con toda seguridad el estar bajo la lupa del gobierno de López Obrador en su combate contra la corrupción, y con la casi segura instalación del Órgano de Control Interno, que ahora ya no es violatorio de su autonomía como dijo la SCJN.
Las cosas cambian en un abrir y cerrar de ojos.
Y en el caso del órgano de Control Interno las cosas parece que dan un giro importante y que las cosas se modifican , pues lo que ayer fue un triunfo en contra de la fiscalización del uso del dinero, ahora ya no lo es.
Con todo lo que esto significa.