*EL PESO DE LA LEY DOBLA NECEDADES, USOS Y COSTUMBRES
*ELGUERO, AIROSO DE LA TRAMPA QUE LE TENDIERON
Queda claro que lo sucedido en la Plaza Juárez en los hechos violentos del pasado 28 de este mes, no fueron hechos fortuitos, ni casualidades, sino hechos preparados con antelación por la forma como se dieron, y por el aprovisionamiento que tenían los agresores de palos, tubos y piedras en los vehículos en que llegaron a la plaza y de los que los bajaron para causar los destrozos que hicieron en Palacio de Gobierno.
No pueden salir ahora con explicaciones , que por otro lado qué bueno que se den, como signo de arrepentimiento ante el peso de la ley que se les está aplicando por parte del gobierno en nombre de la sociedad, harta de la forma como proceden ciertos grupos de ciudadanos en el Valle, bajo la inspiración de guías morales como el alcalde Charrez, que ha encabezado acciones de violencia incluso contra dependencias federales, con exigencias absurdas, en nombre de carencias de comunidades que, dice, le dan la autoridad para sus barbaridades.
Su forma de proceder ha hecho escuela y esta forma de actuar en que las necedades de determinados grupos de ciudadanos se impone a la ley, es muy común en el valle, hasta el grado de que el marco legal sale sobrando, convirtiendo el Valle en tierra de nadie, porque lo único que vale es el capricho del líder en cuestión, cuando se presenta algún problema y se resuelve de acuerdo a lo que diga el dirigente de la comunidad, en contra incluso de la ley.
QUISIERON PROBAR A SALVADOR ELGUERO,
QUE MOSTRÓ ESPOLONES PARA EL CASO
Lo que se vio en este caso de Plaza Juárez es una trampa que la gente de Charrez le quiso tender al Secretario de Gobierno SALVADOR ELGUERO para ver cómo actuaba ante una provocación de este tamaño, porque bien pudo el Secretario dejar hacer y dejar pasar sin mover un dedo y paralizarse para no dar la imagen de represor, o bien actuar como lo hizo, donde simplemente aplicó la ley, haciendo uso válido de la fuerza de manera válida y de acuerdo a la ley, en defensa de la paz pública.
El grupo provocador no calculó bien las cosas y el tiro les salió por la culata, y ahora tuvieron que dar la cara de arrepentidos y culpar, dicen ellos en una conferencia de prensa que dieron, a tres jóvenes que se aceleraron y provocaron la participación de otros que finalmente causaron los destrozos, aunque la mayoría nunca de los nunca son afines a esas prácticas, pues ellos se apegan a la ley y marchan con el gobierno del estado y desde luego, esperan para sus obras a que el gobierno esté en posibilidades de llevarlas a cabo.
¿QUÉ PASÓ?
El cambio de lenguaje de los ciudadanos de Pueblo Nuevo tiene una explicación que parece lógica.
El gobierno del estado, representado por el Secretario ELGUERO no le dio muchas vueltas al asunto y NO NEGOCIÓ LA LEY, SÓLO LA APLICÓ que parece debe ser lo que siempre debe hacer, de tal manera que quien cometa una falta la debe pagar de acuerdo a lo que diga el marco legal, sin arreglos por abajo del agua, o concesiones por la fuerza del grupo en cuestión o por la importancia del personaje involucrado, porque se supone que todos somos iguales ante la ley.
Cuando los agresores se dieron cuenta que la cosa iba en serio y que la ley los estaba midiendo de acuerdo a su falta, seguramente vieron que las medidas iban en serio y que no había modo de hacer valer su estilo del Valle de Usos y Costumbres igual al de Abusos por Costumbre, y mejor dieron media vuelta en una reconsideración inteligente, en que de manera pública ofrecen disculpas para decir que prefieren el camino de la ley y del acuerdo, así como de la solidaridad con el gobierno del estado y no el de la confrontación, que a nada bueno conduce.
De esta manera los líderes de la provocación pierden un round en que quisieron sacar raja, pero al ir por lana salen trasquilados y Elguero crece en su cargo, porque enfrenta con certeza esta provocación orquestada con intención grilla sin duda alguna.
En vísperas del proceso electoral son buenas fichas para la administración pública y tache para quienes hacen de la grilla una posibilidad de enturbiar un proceso que de suyo no se ve nada fácil.
