SI NO ES POR AMOR POR LA JUERZA…
- Tradicionalmente en Hidalgo, como en el resto del país, quien gana casi siempre es el abstencionismo, porque la ciudadanía está harta de los partidos y de sus candidatos
El poema “La chacha Micaila”, tiene la frase que da título a esta columna que ni mandada a hacer para resumir la iniciativa de Roxy Montealegre, diputada del Grupo Universidad, para que el voto en Hidalgo sea OBLIGATORIO, de tal manera que quien no vote el día de las elecciones sea multado con cinco salarios mínimos, unos 500 pesos, dinero que será entregado a los municipios, de tal manera que incluso señala que aprobada la iniciativa, los municipios consideren en su propuestas fiscal este dinero.
Vivilla que es la diputada, pues de hecho les entrega dinero a los municipios por las multas de quienes no votan y con la posibilidad de que sean más de 300 millones de pesos, dado el grado de abstencionismo que se vive en la entidad, con lo que quedaría como la gran benefactora de todos los municipios y con la carta abierta a favor de su grupo político con esta propuesta, que tiene mucho de electorera en vísperas de la jornada del 7 de junio del 2020 cuando Hidalgo elegirá nuevos presidentes municipales.
Como sea, es una iniciativa que da tema para la reflexión.
Porque el voto finalmente representa la voluntad, o debería representarla, de los ciudadanos en favor de tal o cual candidato, de acuerdo al convencimiento que tengan de la bondad de las propuestas del partido fulano o zutano.
Y se supone que no hay mayor libertad que elegir sin presiones, ni chantajes a quien me dé la gana, de acuerdo a lo que represente de beneficios para la comunidad, para mi familia, mi estado, mi ciudad y personal.
Y de acuerdo a este convencimiento que se tenga de tal o cual candidato es como libremente el día de la elección se decide quién va a representar las exigencias de la ciudadanía en los renglones vitales de la sociedad.
Tradicionalmente en Hidalgo, como en el resto del país, quien gana casi siempre es el abstencionismo, porque la ciudadanía está harta de los partidos y de sus candidatos, que muchas veces representan intereses de grupos o de personas, como en el caso de los diputados del grupo de Roxana, que no es otro que el de Sosa Castelán, pero no de los ciudadanos.
Apostar por multas para que la gente vote, no parece muy sensato, pues lo que se denota es el doblar las manos en las responsabilidades de los partidos y de los organismos electorales para interesar a los ciudadanos para ir a las urnas y votar.
Se dice siempre que hay elecciones que es LA FIESTA DE LA DEMOCRACIA, que difícilmente se puede dar cuando el que va a votar va con la amenaza de que si no lo hace tiene que pagar una multa.
Puede ser que lo que deben considerar los políticos es responder a la pregunta: ¿por qué no votan los ciudadanos?
Y verán que muchas veces, hasta el no votar tiene un mensaje muy fuerte para todos ellos, en el sentido de trabajar para merecerse el voto ciudadano, para que las familias el domingo dejen sus quehaceres y acudan a las urnas electorales y entonces sí se hable de la fiesta de la democracia.
Pero si se dan casos como el agandalle del Grupo Universidad de las candidaturas y finalmente de las diputaciones, muchos preferirán la multa que ir a votar en esta fiesta de la farsa en que disfrazados de morenos se apoderan de las candidaturas que no les pertenecer.
En muchos países donde se decidió por el voto obligatorio dieron marcha atrás porque este camino no funcionó.
Sin embargo ahí queda la propuesta del Grupo Universidad. Que los señores diputados decidan.
Lo pueden hacer y muy bien, sobre todo ahora que el GU perdió el apoyo de siete morenos que se dieron cuenta de que tienen dignidad y personalidad propia y le voltearon la espalda a la garza.
Veremos en qué queda esto… si en ley seria, o en otra ocurrencia de las garzas.