ALFIL NEGRO

 

¿LEVANTAN LA CANASTA A LAS GARZAS?

Hay tiempos de vacas gordas y tiempos de vacas flacas, y todo indica que al Grupo Universidad le tocan ya las vacas flacas, después de más de 30 años de vacas gordas, muy gordas, con poder y dinero; que empieza a perderse con la denuncia de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda y con la llegada de Arturo Herrera a esa secretaría, ofendido y lastimado por las garzas, que lo acusaron de ser el promovente de todas sus desgracias en el caso de los 150 millones de dólares y con tanta molestia, que pidieron su destitución del cargo que tenía antes, porque lo consideraban el causante de todos sus males señalando que todas estas desgracias estaban auspiciadas por su madre, la doctora Irma Eugenia Gutiérrez, a quien no sólo acusaron de ser la fuente de sus males, sino que llegaron a la ofensa con adjetivos de sus escritores a modo, en que la llamaron vengativa entre otras lindezas, que ahora deben ser parte de las facturas que temen pagar y con justa razón.

Pero no es sólo el dinero que está en peligro, que ya les debe preocupar pese a las afirmaciones de su jefe que en reunión con todas sus huestes les dijo, hace ya algunos días, que todo el caso de la denuncia del dinero era por envidia y que si tenían dinero , era porque “eran muy *&#%&”.

Parece que no, que el asunto camina por otro lado, pero será la autoridad la que decida el caso de los millones de dólares, supuestamente de los jubilados, que deben estar dando brincos de alegría por tanto dinero que tienen. Y que al parecer no sabían que tenían.

No es sólo el dinero el que está en peligro y que es la fuente de poder en mucho, porque un político pobre es un pobre político, como dijo Hank González.

El asunto se pone peliagudo porque a los diputados de Sosa los están dejando solos los auténticos morenos, en una división cada vez más clara, porque de una manera y de otra manifiestan su coraje por la conducción del Congreso torpe y facciosa del primer incensario de Sosa: Ricardo Baptista, que no da una en el manejo de la Cámara de Diputados, con manifiesta incapacidad y sin la sensibilidad para este encargo que parece entender como “quedar bien con su patrón”, aunque a su lado tiemble y llueva, porque su objetivo es convertir al Congreso en un grupo de choque contra el gobernador.

Pero a todo esto hay que sumarle un horizonte negro para los tiempos de lucha por el poder en las próximas elecciones, porque de acuerdo a lo que informó Andrés Caballero, presidente del Consejo Estatal de Morena en Hidalgo, el Consejo Nacional decidió que sólo los morenos inscritos hasta  noviembre del 2017 podrán participar en la lucha por la dirigencia estatal y nacional. Más claro, los que llegaron a Morena en el 2018 no tienen derecho a participar ni votar en la elección de dirigencia en Hidalgo y, como las garzas son neo-morenos, porque se pusieron la camiseta guinda en el 2018, quedan fuera.

Claro, no son sólo las garzas quienes se quedan con el sueño de apoderarse de la dirigencia de Morena, pero el golpe es seco para sus ambiciones.

Lo peor parece que es la decisión ya tomada, y esto está por confirmarse,  para que las candidaturas a las alcaldías para la jornada electoral del 7 de junio del 2020, se seguirá el mismo criterio que para la elección de dirigentes.

Esto es, que se dará preferencia a los que son morenos, morenos, y no conversos de última hora.

Si esto se decide, adiós candidaturas para Sosa en busca de presidencias municipales con el color de Obrador. Y golpe a los actuales diputados de Sosa que ya se sienten alcaldes con alas.

Todo indica que los verdaderos morenos ya aprendieron la lección y que no se dejarán comer el mandado otra vez.

Los candados están puestos. Sin dinero y sin puestos de poder… es el fin. Tiempos de vacas flacas… muy flacas. 

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