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ALFIL NEGRO

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EN UN AÑO, ELECCIONES

105 días del caso Sosa Castelán. 45 días del caso Cipriano Charrez. El reloj sigue su marcha. Cuando se detenga sabremos si es de noche o de día para los señalados. Los signos dicen que será de noche.

EN 365 DÍAS

En un año exacto habrá elecciones en nuestro estado, el 7 de junio del 2020 para elegir nuevos 84 alcaldes, en un mapa de posibilidades que dan la participación de casi 11 partidos políticos, la presencia de un nuevo partido poderoso que es Morena, sumido en un mar de confusiones por la forma gandalla en que el Grupo Universidad se apoderó del partido y una actuación lamentable de sus diputados, ajenos totalmente al partido del Presidente, incluso confrontado con AMLO, en su actitud servicial con Sosa a quien ven como su pastor estilo Luz del Mundo, y partidos como el PRI buscando cómo solucionar la fuerza e intromisión de los grupos poderosos para darle valor a la militancia, del PAN trabajando en alejarse de los conductores de siempre de su destino y de los demás partidos resueltos a dar la pelea, ya sea en coaliciones o solos, teniendo en cuenta que habrá participación de nuevos organismos locales.

EL PARTIDO TRICOLOR

EL PRI  tiene en este momento de acuerdo a los resultados del 2016  un total de 31 municipios que ganó con candidatos propios, o en la coalición “Un Hidalgo con Rumbo” con el PVEM y el PANAL. El partido tricolor ganó sin coalición 16 municipios y en alianza 15. El reto será ganar por lo menos el mismo número de alcaldías, con la ventaja de tener como aliado el buen ejercicio de gobierno de Omar Fayad, que tiene el reconocimiento del mismo Jefe de la Nación.

De entrada, se puede decir que le arrebata a la oposición en el estado, el discurso de campaña en que lo primero que se dice del PRI es que como gobierno no funciona o bien recurrir al tema de la corrupción.

Fayad tiene buenos resultados en inversiones, seguridad, políticas públicas, salud, manejo del dinero, en ciencia y tecnología, el campo, educación, lo que le da un respiro a la pelea por las alcaldías.

Para que el PRI tenga buenos resultados va a tener que tomar decisiones fuertes en cuanto a los grupos y personajes que se sienten dueños del partido y por lo mismo con la autoridad y poder de decidir quiénes deben ser candidatos, en razón de la fuerza de su grupo o de la fuerza propia.

Todo indica que si el partido del bulevar Colosio no recompone el origen de sus abanderados para el 7 de junio del 2020, tendrá malos resultados.

Quien dirija al partido, al parecer Erika Rodríguez tendrá que entregar la presidencia a un nuevo dirigente, tiene en la obligación de darle fuerza a sus militantes el principal reto.

Se dice que Julio Valera Piedras puede ser el próximo presidente del PRI en Hidalgo y ha dado muestras de tener tamaños para el cargo, con acercamiento con los jóvenes y conciencia de que la fuerza de su partido está en lo que se llaman bases y que no son más que los priistas de a pie que trabajan por amor a su partido, casi siempre sin recibir nada, pero siempre dispuestos a dar la cara por su partido.

Si los candidatos surgen de la voluntad ciudadana, hay posibilidades de ganar.

Aunque esta decisión provoque el fortalecimiento del ala tricolor de los resentidos, que sienten que no se les ha pagado como se merecen, por sus méritos y capital político, cuando no el económico que sin el PRI nunca hubieran logrado.

No será una decisión fácil, pero es urgente. Porque en estas elecciones los ciudadanos votan por el candidato, si lo sienten de casa, vecino del municipio, amigo y conocido, el camino a la victoria puede tener buen fin.

Pero si se reparten las candidaturas por grupos o personajes los resultados pueden ser fatales.

Y el tiempo es bueno, porque aunque la figura de Obrador cuenta para Morena, este partido en Hidalgo está fragmentado y lastimado, por la debilidad de los morenos, morenos, y su pasividad ante los abusos de Sosa.