ALFIL NEGRO

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TRANSICIÓN URGENTE EN LA UAEH
 

Por la situación que se vive en la Universidad del estado, cuestionada en su dirigencia por presumibles actos de corrupción en el manejo de sus dineros  y las denuncias de abusos en contra de alumnos, maestros y trabajadores, parece llegado el momento de que se lleve a cabo una transición, entendida como el paso previo a otro estado bien distinto al que se vive en este instante, con decisiones vitales para esto como debe ser la renuncia del rector Adolfo Pontigo y del presidente del Patronato Gerardo Sosa, y de quienes junto con ellos representan el escenario cuestionado en este momento.
 
El fracaso de su megamarcha para torcerle la mano a AMLO con la exhibida de carencia de convocatoria, pues no es lo mismo tener en la calle los 30 mil anunciados, que a unos 4 mil máximo, deja en claro que la época del terror en la Universidad es cosa del pasado y que Sosa y su gente ya dejaron de ser las figuras todopoderosas que eran, para ser sólo un remedo de cacique venido a menos.
37 años mangoneando a la Universidad son muchos años que provocan como efecto natural el desgaste de quienes se aferran con todo a la silla del poder, en la idea de que sin ellos la Universidad no camina, porque si no son ellos nadie podría manejar la casa de estudios.
Sin embargo esto no es cierto, porque la existencia misma nos enseña que la vida tiene su agenda de ser, de tal manera que nacer, crecer y morir son parte de la existencia con el fin como parte de la vida misma.
Debe haber gente muy valiosa, sin duda alguna, pero no imprescindibles para la vida de los demás por muy importantes que sean, porque si así fuera la muerte sería un absurdo sin lógica ni explicación.
En la Universidad pasa lo mismo, Sosa ha ejercido el poder en todos los sentidos, académico y económico como ha querido, con decisiones que en este momento lo tienen en graves problemas con Hacienda y con una factura muy grande por pagar por todos los abusos cometidos durante 37 años .
Desde luego tiene sus logros y a lo mejor eso le permite formar parte de la transición, en que incluso tuviera una salida sin muchas raspaduras.
Sería el espacio de transición de lo que se vive hoy en la UAEH para usarlo como un tiempo de arreglos y medidas rumbo a otra situación en que la voluntad de maestros y alumnos sean lo fundamental en los caminos de la Universidad.
Desde luego el manejo del dinero y su vigilancia deberán formar parte importante en el nuevo rostro de la casa de estudios.
Sosa y su Grupo deben entender que su tiempo de acabó y que llegó el momento de dejar el barco para nuevos responsables del timón.
Lo importante será que los implicados con Sosa a la cabeza y sus alfiles como Pontigo y asociados, entiendan que su tiempo se acabó y que llegó el momento en que deben dejar los cargos para una transición ordenada y en paz, antes de que se de en el escenario de los cambios en otros tonos en que ya no será por amor sino a la fuerza.
Lo que hará falta es encontrar a quien pueda llevar a cabo la transición con  responsabilidad y sabiduría para atender con sentido común a quienes se van y con acciones que deben contemplar cambios del marco legal de la Universidad para darles a los realmente universitarios el manejo de la casa de estudios en las tres vertientes Fuertes: el académico, el económico y la relación con maestros, trabajadores y sobre todo con los estudiantes.
Desde luego existen estos personajes que pueden encabezar una nueva realidad de la Universidad.
Así de bote pronto los nombres de Raúl Arroyo y Pablo Vargas surgen como posibilidades para esta transición, pues reúnen capacidad, y cualidades para esta posible etapa antes del cambio fuerte.
Lo que no se puede negar es que el tiempo de Sosa se terminó y que debe dejar la Universidad, aunque quiera convencerse que es necesario e indispensable para la UAEH, lo cierto es que su presencia ya le daña, lo mismo la de sus aliados.
Por lo que se ve se pueden ir con cierto decoro o bien esperar a que de mala manera los pongan fuera.
De ellos depende…
Tienen la oportunidad (así parece) de evitar el escenario de salir de la Universidad como ellos lo hacían con los maestros que no les convenían.
El tiempo corre…