Home Nuestra Palabra ALFIL NEGRO

ALFIL NEGRO

0

SÉPTIMO MANDAMIENTO:
“NO ROBARÁS”

 
Por desgracia ya aparecieron los “vivos” que quieren hacer negocio con el caso Tlahuelilpan y se presentan como los abogados o líderes de los familiares de los muertos y exigen atención a sus propuestas. Quieren hacer negocio con los difuntos. Ojalá y los paren. Son hienas  que huelen el dinero. No se vale. Lo mismo de quienes buscan ganancia política.
 
ASÍ VAN LAS COSAS
 
Ya son 98 muertos y 46 hospitalizados por la explosión del viernes 18 en San Primitivo del municipio de Tlahuelilpan y la expectativa terrible de que crezca el número de gente que pierda la vida por la gravedad de las heridas.
Son muchos muertos, es mucho el dolor y las lágrimas que está costando este caso.
Los que perdieron la vida en un acto que mucho tiene de irreflexión, irresponsabilidad y abuso, pero también de pobreza, esperanza de ganar algo de dinero para la familia y de justicia de alguna manera por la falta de oportunidades.  
Lo menos que pueden esperar es que se haga justicia y se castigue a los culpables grandes de esta situación que hicieron de Hidalgo su paraíso con 2121 perforaciones en el año 2018  siendo Tula el municipio con más tomas clandestinas con 479 , seguido de Cuautepec con 441 ,Tepeapulco 164 y Tlanalapa 162.
En el 2017 habían sido 1064 perforaciones en ductos de Pemex.
La información tiene un mérito indudable, se prefiere la transparencia para conocer correctamente la situación que conlleva la atención de la misma. En otros tiempos al parecer había poca claridad en la información.
 
SE VEÍA NORMAL ROBAR GASOLINA
 
Lo sucedido el viernes trágico en San Primitivo refleja una realidad: robar gasolina, venderla en la calle o en las casas se veía como lo más normal incluso como un modo de vista honesto que daba trabajo y dinero.
 
Tan se vio así en todos lados que en Palmarito municipio huachicolero de Puebla, después de que entró el ejército para poner las cosas en su lugar, los habitantes cerraron la autopista Puebla- Tehuacán con grandes mantas que decían “DÉJENNOS TRABAJAR”. Es decir en otras  palabras “DÉJENNOS ROBAR” en una clara muestra de que tomar gasolina de los ductos de Pemex se considera una acción legítima y valedera, al nivel de cualquier empleo.
Lo que se vivió en Tlahuelilpan es otra muestra de que tomar gasolina de Pemex no se considera robo, o a lo mejor puede ser consecuencia de ver cómo los grandes huachicoleros roban miles de litros y se hacen millonarios, sin que hasta la fecha se les aplique la Ley en un escenario de impunidad en que se puede robar sin ninguna consecuencia .
Se supone que vivimos en un estado de derecho en el que se castiga fuertemente a quien le roba a la nación. Eso se supone, pero la realidad es bien diferente de tal manera que el mismo presidente ha dicho que los robos a la paraestatal se inician desde dentro de la empresa, en una larga cadena de corrupción que urge la acción de la justicia contra estos ladrones, que han golpeado el alma de honestidad  y decoro del pueblo que confundido el alguna parte parece no distinguir lo blanco de lo negro, aunque tampoco hay que dejar de ver que también hay muchos vivos que aleccionados por el ejemplo de lidercillos grillos hacen de estas prácticas del abuso y la confrontación el camino para el dinero, que a veces muchas veces se les da.
 
No otra cosa es el hecho de que familias completas trabajan para los huachicoleros grandes, con pagos que los alejan de quehaceres honestos, hasta el grado de que en algunos municipios la agricultura está desapareciendo porque casi todos se dedican al negocio ilícito de la gasolina robada.
Cuesta creer que nuestra gente alimentada por la tradición y su moral familiar se resista a creer y respetar el séptimo mandamiento: “NO ROBARÁS”, que fija de manera clara una conducta ante el bien ajeno, aparte de que a la pérdida de una norma moral se actúa sin temor al castigo legal por este delito.
Algo no camina bien cuando la gente roba sin rubor, incluso exponiendo el bien más alto que se tiene que es la vida.
Parece que lo urgente es frenar la impunidad por la que los delitos no tienen castigo en un sistema de justicia laxo y poco eficaz.
De esta situación bastará ver el caso de CIPRIANO CHARREZ, que de acuerdo a la Procuraduría del Estado tendría responsabilidad para ser desaforado y enfrentar su actuación, en que se embistió un coche en el que un joven murió calcinado.
El hecho ocurrió el 6 de octubre del año pasado y el diputado ,en denuncia del padre de la víctima, lo presionó con dinero, un coche y con mentiras, pues le aseguró que él no manejaba la camioneta, para que le otorgará el perdón legal, mismo que retiraría.
Ya se hizo la petición de desafuero y dice Floriberto Jesús Fuentes que no hay nada. Más aún don Mario Delgado el mero, mero del Congreso de Morena ni siquiera se detuvo para oírlo.
 
Son ya 110 días del hecho y la impunidad en todo su esplendor.
 
Es en este ambiente de confusión donde ahora más que nunca urge aplicar la Ley, fortalecer la mentalidad de la honradez y el esfuerzo y sobre todo acabar con la impunidad que crea la idea y conductas consecuentes, con esa forma de pensar en que todo se puede hacer sin ninguna consecuencia, porque las Leyes de nada sirven .
Son muchos los muertos en una durísima lección de que lo fácil sale caro, y de que todas las acciones crean responsabilidad.
Que la muerte de estas casi cien personas abran horizontes de responsabilidad en pueblo y gobierno y caminos de honradez en todos.