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ALFIL NEGRO

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¡DESLENGUADOS!
 

Salomón el rey israelita por el año 925 A.C., y autor del Eclesiastés, Proverbios y Cantar de los Cantares, dice en el primero de los libros citados que “Hay tiempo para callar y tiempo para hablar… tiempo para tirar piedras y tiempo para recogerlas”, que viene como anillo al dedo al tiempo político que estamos viviendo, en que lo que menos se tiene en cuenta es saber callar y escuchar y lo que sobran son los “deslenguados”, sobre todo los de Morena que en un afán de componedores de todo lo que según ellos no funciona, le atizan a todo con el compromiso de que ellos y sólo ellos salvarán al estado y a México.
 
Y vaya si hablan
Y lo hacen en un tono que ya choca, porque han caído en una palabrería hueca en que se la ganan y la pelean para condenar, reclamar, denunciar, señalar, atacar, con tan pobre coordinación o real compromiso que lo que dicen un día lo niegan al otro, o bien contradicen a sus compañeros de partido en ese afán enfermizo de ganar el uso de la voz aunque lo que es más lamentable: No tengan argumento ni bases para sus ataques que los exhibe como oportunistas, protagónicos y vengativos con muy poco compromiso con los ciudadanos, como resultado de triunfos en muchos de ellos lejos del contacto real con los ciudadanos y beneficiados por el efecto Peje, aunque ahora empiecen a decir cínicamente que ganaron por ellos solos.
 
AMLO
Lo que debe preocupar más es que este esquema de hablar sin aparentemente tener una reflexión fuerte aparece en el Presidente electo que el 5 de septiembre dijo que la transición se estaba dando en armonía y con estabilidad puntualizando que NO HABÍA CRISIS POLÍTICA NI FINANCIERA.
Pocos días después en Nayarit dijo exactamente lo contrario cuando señaló que “posiblemente por las circunstancias, porque el país atraviesa una crisis económica y social, posiblemente por LA SITUACIÓN DE BANCARROTA en que se encuentra; no podamos cumplir todo lo que se está demandando”.
La contradicción es clara.
 
Afortunadamente la realidad económica con 180 mil millones de dólares de reserva en el Banco de México, el índice de inflación más bajo de los últimos 50 años y los 4 millones de empleos creados con la certificación del IMSS, frenaron efectos negativos.
Es decir, no le creyeron porque las cifras y la realidad dicen lo contrario aparte de la reacción que tuvo en contra de empresarios, gente de las universidades y los datos que le recordaron miembros del gabinete de EPN así como legisladores como Vanesa Rubio que puso las cosas en su lugar.
Sin embargo quedó claro el uso peligroso del lenguaje que puede provocar escenarios de miedo, dado el cargo del que habla y que por lógica debe cuidar lo que dice porque la campaña quedó atrás y ahora es Presidente electo.
 
SE CONTAGIAN LOS MORENOS DE CASA
Bien se dice que el pez por la boca muere y algo de eso pasa con los legisladores morenos de nuestro estado, que se sienten los depositarios de la verdad y la luz de la honestidad, con una soberbia que espanta.
 
Entre los deslenguados se debe apuntar Ricardo Baptista, que tuvo la oportunidad de ser el eslabón inteligente para destrabar la bronca del Congreso, pero le ganó ese afán de protagonismo que tiene como si fuera un figurón de la política y no el obediente afiliado al clan garza que luce cuando analiza la situación con una fe en su patrón que no puede ocultar, olvidando que para este momento no tiene más patrón que el pueblo de Hidalgo.
 
En esa batalla que se traen para ver quién dice más cosas, se estorban, contradicen y hacen verdadero circo, como les pasó a Roxana Montealegre y Ángeles Quezada en esa propuesta de supuesta austeridad y coches del Congreso que hicieron, y que mostró que lo que una dijo lo contradijo la otra.
 
Desde luego no hay ni se ve ninguna coordinación entre los morenos que se van al bulto como de rayo en ese deseo de aparecer como los grandes justicieros. Lo peor es que legisladores que se tenían por mesurados y con experiencia de pronto se contagiaron y dan cada show que dan preocupación, como TATIANA ÁNGELES, que llevó la voz cantante de la agenda legislativa de su partido pero salió con denuncias de “Aviadores” en el Congreso, que la malvada Pérez Perusquía esconde con siete llaves. Lo malo es que lo hace sin pruebas y sólo con dichos de gente del Congreso, otros soplones con el peligro de que le dé voz a resentidos o dolidos que de esa manera encontraron una espada vengadora. Además de hacerse eco del GU que quiere ajusticiar al Gobernador, ven la cuenta pública.
 
Y como ya vieron que los morenos lo que quieren son piedras para golpear, se llegan hasta el recinto legislativo los de la UNTA que exigen la destitución del alcalde de Epazoyucan, Raúl Padilla, porque los mandó golpear cuando ellos no provocaban sino que estaban casi en oración por los pecadores del mundo.
 
Ya ve usted que ni son broncos y provocadores. El riesgo es que los morenos le compren el boleto a los untistas porque eso sí sería el colmo. Si no cuidan su lengua se van a morder, porque lo que han mostrado es que la usan más rápido que el cerebro y ya se están ganando fama de mentirosos y gente violenta en el entendido de Octavio Paz, que decía que la violencia verbal era la antesala de otras violencias, incluida la física.
Se puede decir que son novatos y que están aprendiendo lo que pudiera ser, aunque lo real parece ser la obediencia a un amo que los maneja como Titinos, con balidos que se oyen a lo lejos aunque ellos tiernamente afirmen que no son borreguitos.
Balidos son válidos… y suenan a borregos.