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ALFIL NEGRO

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LOS RENCORES CIERRAN
CAMINOS DE SOLUCIÓN
Se dice que cuando hay un problema, la solución está cerca cuando hay buena voluntad de las partes en conflicto, sin vías de resolverse cuando aparece un elemento que en el caso de la huelga universitaria está apareciendo: El rencor, el odio, el resentimiento y en el fondo las ansias de revancha de alguno de los protagonistas de los hechos, porque siente que trae ofensas que deben ser cobradas.

Decía un viejo comercial que “hablando se entiende la gente” y quienes observamos el caso de la huelga es lo que esperamos, que el diálogo y la exposición de razones, lleven a una solución para que la casa de estudios vuelva a su vida normal y los estudiantes recuperen el tiempo que se ha ido con esta decisión.
Hará falta sentido común para entender que sólo con serenidad y madurez se podrá llegar al final de este túnel que exige respuestas sensatas, no obsesiones de mostrar fuerza y poder desde una instancia que pertenece finalmente a los hidalguenses por cuanto es la sede de la inteligencia, de la pluralidad y nunca la propiedad de un grupo grillo, que al parecer se siente tan poderoso que plantea alternativas de ejercicio del poder, en la sin razón de tener la visión completa de la marcha del estado, desde luego lejos de lo que sienten errónea conducción de la entidad.
Lo que se ve es que hay un sentimiento de rencor y casi de odio de parte del Grupo Universidad, que se pone de manifiesto en cada oportunidad que se tiene y se concreta en su diario en donde siendo como es empresa universitaria se ponen de manifiesto los sentimientos que alientan su proceder.
La opinión pública parece inclinarse porque ya se arreglen las cosas, pero tampoco se puede negar la exigencia de que la casa de estudios deje de ser propiedad de una persona que la ha rebajado a propiedad privada para sus apuestas de tipo político, siempre en busca de un poder que la ciudadanía en más de una ocasión le ha negado y los mismos universitarios, en aquella célebre encuesta llevada a cabo por Pablo Vargas, le dieron la espalda de manera categórica, provocando una reacción muy al estilo del Presidente del Patronato que se ordenó a través de quien ahora juega el papel de Rector, acotado por el poder real que ejerce Gerardo Sosa.
Y en este juego de odios y rencores se valen de todo, incluso de casos tan reprobables como el caso de un ex maestro de la UAEH, asesinado el día de ayer y usado ya por seguidores de Sosa para exhibir según ellos, la falta de seguridad en el estado, pero sin precisar que este maestro fue corrido de la universidad por problemas con sus autoridades, en una de más de las medidas del dueño de la casa Garza, porque finalmente la ley es él y nadie más.
Sin embargo se aprovecha el hecho y se politiza, para llevar agua al molino del Grupo Universidad y exigir justicia para quien en su oportunidad, al parecer, fue objeto de una injusticia por quienes ahora lo quieren de bandera para sus odios y rencores.
Parece que hará falta tranquilidad para solucionar la huelga, aceptar que no es un juego del todo o nada, sino de acuerdos que se logran con buena voluntad y respeto entre los actuantes.
Mientras se piense que se tiene la verdad absoluta, que son una maravilla mundial sin serlo y sin negar los avances que se tienen, no habrá modo de llegar a una solución.
Lo preocupante es este sentimiento de rencor y de odio que se hace presente en manifestaciones de los seguidores de Sosa y que impiden por lógica un camino de solución.
Un sentimiento que se alcanza las puntadas de convertirlos en jueces de quienes dan su opinión sobre lo que se piensa de este grupo grillo, en una actitud de dueños de la verdad absoluta para defender con todo a su patrón.
Y así las cosas no caminan.
No hacen falta encuestas para saber qué piensan los hidalguenses sobre estos personajes.
Cada quien escribe su historia y es responsable de sus hechos.