ALFIL NEGRO

 “A ESE HOMBRE NI LO CONOZCO”… Y EL GALLO CANTÓ TRES VECES

El juego del poder, dicen los expertos, debe tener en sus jugadores como elemento clave la lealtad, porque en base a ella se componen grupos que permiten mantenerlo y disputarlo con los mejores elementos que se tengan y permanecer en su ejercicio durante mucho tiempo a través de sus organizaciones y métodos de expresión.
Cuando no hay lealtad y sólo la actitud del oportunismo, los partidos o grupos se desmoronan y pierden presencia ,de acuerdo a la disminución de oferta de cargos y en definitiva de dinero  para sus afiliados.
En la medida que sus líderes o figuras se mantienen como la presencia de  una puerta segura para esos escenarios de cargos y de nómina,  los seguidores de los personajes fuertes se mantienen leales y con la camiseta bien puesta, pero las cosas parecen cambiar cuando  la luz del poder desaparece en estos personajes centrales.
Un caso que merece la pena verse con cuidado es la del ex gobernador del estado y actual Secretario de Gobernación MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG, que hasta hace unas horas era el santo de la devoción de casi todo Hidalgo, particularmente de todo el priismo de la entidad y de casi todo el país.
Era la gran figura, porque representaba el casi seguro candidato para la Presidencia de la República.
Tenía todo para ser el abanderado del partido tricolor.
Los estudios de opinión lo daban como el más fuerte y el preferido de los priistas, y no había quien le hiciera sombra.
Incluso los no priistas lo consideraba el más fuerte del partido del presidente, por lo que todos lo daban como seguro.
Todos, menos el presidente que al final se inclinó por José Antonio Meade.
EN HIDALGO
No pueden salir ahora con que le iban a Meade, o que no apostaban sus canicas por Osorio, porque seguramente mentirían.
Si había quien se inclinaba por el ahora ex titular de Hacienda, seguramente será una excepción porque todos los dedos apuntaban a Osorio.
Pero eso era antes de que el presidente dijera que era Meade.
De entonces a la fecha se ha dado el fenómeno de PEDRO NEGANDO A SU MAESTRO, porque extrañamente se han empezado a oír voces de quienes dicen que nunca apostaron su capital por Osorio y que sólo los despistados, por no decir otra palabra, la jugaban por el Secretario de Gobernación.
Incluso informadores que en su momento dijeron que era Osorio el  fuerte ahora dicen que nunca lo dijeron y así algunos políticos que cuidan su salud por lo que pudiera venir.
“Yo no conozco a ese hombre”: dijo San Pedro y la frase se repite en este caso.
Y el gallo canta otra vez, para recordar la deslealtad de quienes cuando conviene cantan loas al que viene como la gran figura y cuando ya no conviene, se olvidan de todo y niegan la cruz de la parroquia.
Así ha sido siempre y no va a cambiar ahora.
Así fue hace dos mil años y así es en este 2017 y así parece que será siempre. Y lo que falta.
Faltarán gallos para denunciar tantas traiciones, de los que digan que no conocen a ese hombre…
Otro gallo les cantara si hubiera sido…
Del otro lado de la moneda, también los hay y son la mayoría… los leales que sin cambiar bandera son leales a su partido, pero no son deseables a su amigo y a la amistad.
No todo es negocio.

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