Home Nuestra Palabra Dalia Ibonne Ortega González ¡ALERTA! “Red flags”. Como comienza la violencia de género

¡ALERTA! “Red flags”. Como comienza la violencia de género

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¡ALERTA! “Red flags”. Como comienza la violencia de género

Entre líneas

La violencia de género, que es cualquier acto que busca dañar a una persona por su género, puede ser de tipo sexual, física, psicológica, económica y obstétrica, y puede generarse en el ámbito público (lugar de trabajo, escuela, en lugares públicos) como en el ámbito privado (en la intimidad del domicilio o su ámbito estrictamente personal).

Cabe aclarar que por su género, las personas pueden ser:

1) cisgénero (identificada con su sexo al nacer, llámese femenino o masculino), 2) bigénero (ambos roles), 3) crossdresser (hombres que se visten de mujer en ciertas ocasiones pero viven su vida habitual como varones), 4) queer (quienes no se identifican como heterosexuales o cisgénero, como pueden ser las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero).

En ese orden de ideas, la violencia de género puede tornarse de varias formas, como son la violencia de pareja, violencia sexual, matrimonio infantil, mutilación genital femenina y supuestos “crímenes de honor”, entre otras, como lo ha referido la Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Por ello, dada la frecuencia de la violencia de pareja en la actualidad –sobre todo en personas en adolescencia- es importante destacar cómo puede ser prevenida, y para ello, ante todo, detectada. 

En un principio, debe identificarse si la relación personal en el ámbito sentimental es sana o es “tóxica” o patológica; recomendable para ello es la lectura del libro de la psicóloga clínica, sexóloga y terapeuta de parejas española María Esclapez, denominado “Me quiero, te quiero.”, en el que describe las características de cada una de dichas relaciones, enfatizando por cuanto hace a las “relaciones tóxicas” que pueden considerarse aquellas en las que el vínculo existente es dañino, que causa malestar y atenta contra el bienestar de la persona y su autoestima.

Así, ¿cuáles son los signos de alarma que deben identificarse en un vínculo tóxico o “red flags”? El control, la manipulación, el victimismo, la comunicación agresiva por parte de la persona agresora hacia la pareja, la relación de dependencia –entre otros- los cuales evidencian una violencia del tipo psicológico. Lamentablemente es cotidiano normalizar las conductas que reflejan este tipo de actitudes, sin embargo, de las conversaciones que se tienen entre pareja, incluso vía redes sociales (como WhatsApp y similares) puede fácilmente distinguirse si existen o no.

¿Cuáles podrían ser frases o “red flags” que indican tales datos de alarma?

Según las “Radiografías de WhatsApp” de dicha terapeuta, los ejemplos serían las siguientes: 

“Oye, estas en línea, ¿no que te ibas a ocupar?” “Sí, claro. Mándame una foto.” (CONTROL)

“Entiendo. En fin. Haz lo que quieras.” (MANIPULACIÓN)

“Dime la verdad, porque si no te juro que voy a tu casa hasta que salgas.” (COMUNICACIÓN AGRESIVA)

“Siempre pasa igual, soy muy tonto (a) por creerte.” (VICTIMISMO)

Es también un dato de alarma concebir “mitos del amor romántico” que son una construcción de la realidad basada en las creencias de cómo es el amor o cómo debería ser, para lo cual influyen la televisión, la música, la publicidad… etc., lo que obliga por tanto a prestar atención al contenido que pretenden reproducir como “ideal”, ya que tales “estereotipos de relación” se introyectan desde la infancia y la adolescencia.

Por lo anterior, la obligación de crianza sobre este tema resulta elemental para la prevención, como en las personas adultas entender que no son sanas ni normales dichas conductas “tóxicas”; así, es indispensable recordar aquella frase popular que reza: “Si te retienen, insultan, atacan, pegan o amenazan, no te confundas. Eso no es amor”. No te confundas, ni siquiera es “amor del malo”, ¡no es amor!”