Al mar de información, un ciudadano ahogado en sus aguas

Al mar de información, un ciudadano ahogado en sus aguas

RETRATOS HABLADOS

Resulta inocente pensar que la “opinión pública” de nuestros tiempos está más enterada, por la brutal proliferación de canales de información en internet, donde es posible encontrar la misma nota en cientos de portales, que con bastante regularidad tiene como origen los llamados vetustos y arcaicos medios, que reproducen sin rubor alguno, y solo en ocasiones con lo que se llama en el medio “una revolcada” para darla por propia.

A lo anterior se suma un manejo simplón y que tiene como único objetivo ganar más vistas al costo que sea.

Porque a la llamada democratización del ejercicio periodístico, que convierte a cualquier persona con celular en mano, en un nuevo informador, solo puede derivar en un mar de confusiones, donde cada quien tiene su verdad y visión de los hechos.

La multiplicación a la “n” potencia de canales informativos, por desgracia no ha derivado en una sociedad más plena en reflexión y análisis. Por el contrario, está más confundida que nunca, y solo atina a manifestar que pese a esa condición votará por quien le ha dado más en apoyos directos. Y por supuesto que tienen sus razones, que cada quien habla como le va en la feria, y en ocasiones también actúa en ese sentido.

Pero hablábamos de que el Internet inauguró un nuevo presente en los asuntos informativos, que sin duda ganan al no poder quedarse en el tintero ninguna noticia, porque el que pasó por el lugar y tomó una foto, o un video, decidió publicarlo de manera inmediata. Los espacios muertos en otros tiempos, por el proceso para la elaboración del diario impreso, dieron como consecuencia que alguien buscara, a toda costa, que no se publicara por conveniencias políticas o particulares.

Ahora eso es imposible, y aquí sí gana el ciudadano, los propios periodistas.

Pero no ha existido interés alguno por fomentar un lector, escucha, más analítico, más dispuesto a realizar comparaciones de todo lo que llega a su celular a raudales, y tomar su propia opinión y actitud de lo sucedido.

No. Al contrario. A la confusión sigue más confusión, hasta concluir que mejor no ver ni escuchar tanto, y mejor irse con los que le pintan un horizonte más positivo, aunque el fondo sea la mentira.

Otros tiempos.

Pero no tan absolutamente positivos, como insisten en manifestar los que hoy ven como aliados a tantos canales sin rostro.

Mil gracias, hasta mañana.

Correo: jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

X: @JavierEPeralta

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