POR: EL PEQUEÑO TIMMY
Hace tiempo leí en un espacio virtual de la Facultad de Agronomía de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) la siguiente descripción: son agresivos, gregarios y oportunistas, y se congregan en turbas que se pelean y empujan junto a cadáveres grandes o en los basureros… Se les observa volar sobre los pueblos y en las áreas abiertas.
No, no estaba hablando de un filo o clase de políticos mexicanos, sino de los zopilotes, aves que aunque de rapiña cumplen una función dentro de la naturaleza; caso contrario de aquellos políticos que viendo la desgracia se sirven de ella no sólo de rapiña sino convirtiéndose en parásitos que tienden a buscar vivir siempre de sus víctimas, como garrapatas, o sanguijuelas que sólo buscan de dónde chupar.
Estos zopilotes de la política, se dejan ir en las desgracias, van disque a ayudar, a brindar apoyos, pero sobre todo a que les tomen la foto y la gente vea que el parásito sirve aunque sea sólo en momentos en que se avecinan las elecciones, mienten con tal de ser elegidos en otro puesto, donde también serán parásitos y al final fingirán ayudar nuevamente.
Este comportamiento ruin y criminal de hacer creer al pueblo que “ayudan” con productos que compran con el propio dinero del pueblo, va más allá del perverso oportunismo, tomarse la foto con los cubrebocas que acaban de repartir en plena pandemia, o con los insumos que acaban de entregar en cierto hospital para mostrarse como “los que sí apoyan”, sólo refleja el vacío que siempre han tenido, la necesidad de ser reconocidos y el hambre de seguir “mamando” del pueblo.
Así pasa en Hidalgo, no sólo en tiempos de contingencia, pero siempre en tiempos previos a una elección, y así como pasa en Hidalgo, también pasa en otros estados de México, dónde el que fue malo siempre, de pronto se convierte en un coyote que viste piel de oveja.
Ya lo dice el texto bíblico, que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha, en pocas palabras, si en realidad las donaciones que haces son de buena voluntad y sin buscar el apoyo en las urnas electorales, envía los apoyos sin nombres, sin etiquetas, que no sepan quién envió esos cubrebocas, quién envió ese material.
Para ejemplo, aquellos diputados chapulines Moreni-garzas que buscan un puesto de presidentes municipales como el que quiere gobernar otra vez Tula, o como los diputados que buscan sumar capital político en la huasteca para seguir controlando partidos locales como el PAN. ¡Ay! ni que decir, estos diputados dándose con todo en la tribuna y siendo tan idénticos en la zopilotera. Hacer algo de “buena fe” en tiempos electorales, con fotos que muestren que son “buenos” es un chiste que ya no se come el pueblo.
Con mis sinceras disculpas para el reino animal por las analogías aquí vertidas.