Aguas sucias

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Aguas sucias

EL PEQUEÑO TIMMY 

Por fin, luego de tantos años, la bomba de la escasez del agua explotó en la región metropolitana de Pachuca, un problema que se veía venir, no solo por el tema de las constantes fugas, el robo de grandes cuerpos de agua en tomas clandestinas e incluso en las que ocupan varios hogares sin pagar un solo peso por el servicio, sino por la corrupción que ha quedado al descubierto en el manejo que por décadas tuvo la Comisión de Agua y Alcantarillado de Sistemas Intermunicipales (CAASIM).

El abasto de agua es un tema muy sucio, ya que mientras zonas exclusivas de Pachuca siguen utilizando el líquido vital para regar los campos de golf, jardines y llenar sus piscinas, en las colonias populares, en los sectores que las organizaciones campesinas califican como “las más jodidas”, han llegado a padecer la falta del líquido vital por meses, incluso han tenido que esperar la llegada de una pipa por más de dos semanas. 

Y mientras esta problemática sucede, en Actopan han levantado la voz para decir que no darán agua a Pachuca hasta no garantizar el abasto para este municipio. Pero según la CAASIM, el desabasto que hay en la capital hidalguense es una situación temporal que se mantendrá en lo que dan mantenimiento a la infraestructura, cosa que no hicieron las administraciones anteriores. Por lo que no se ha reconocido que haya un problema real en el desabasto del agua; es decir, sí hay, pero en lo que se da mantenimiento, se ponen en marcha pozos que estuvieron abandonados y un largo etcétera, habrá cientos de pachuqueños sin agua. 

Hablando de agua, también sería importante recordar que en estados como Nuevo León, la escasez del líquido vital les hizo voltear hacia la industria cervecera y refresquera, ya que de acuerdo con el Laboratorio de Estudios sobre Empresas Transnacionales de la Universidad Nacional Autónoma de  México, para la fabricación de medio litro de refresco de cola se requieren 34.5 litros de agua, según el estudio “En México no falta agua, sobra chatarra”, firmado por Karina Velázquez. 

Mientras que para la producción de la cerveza, los cerveceros mencionan que se requieren alrededor de 2 litros 600 mililitros; sin embargo, diversos estudios, contemplan que para la producción de un litro de cerveza se requiere de hasta siete litros de agua, ya que además de la que se ocupa para la cerveza se necesita agua para los lavados, las vaporizaciones y otras fases del proceso de producción.

Aquí es momento de reflexionar sobre la planta de la cervecera Modelo en Apan, ¿cuánta agua está utilizando? y con base en esto, aprovechar también para pensar en el agua que se destina al Valle de México, agua limpia que se llevan a cambio de aguas negras que mandan de regreso. ¿En verdad está garantizado el abasto de agua en Hidalgo? ¿En verdad valdrá la pena traer industria que sobreexplota los recursos naturales a cambio de un puñado de empleos que, como en la región de Apan, no ha reflejado el progreso y desarrollo con el que se vendió el proyecto?

Hoy el tema para Hidalgo no debería ser la atracción de industrias sino la garantía de bienestar para los hidalguenses, ya que sin agua no sería la primera vez que una ciudad o un pueblo se vuelven fantasmas. Es verdad que uno de los nuevos y grandes retos para Julio Menchaca es el tema del agua, problemática que en diversos sexenios no se vio como tal, pero que con el paso del tiempo se convirtió en un caldo de cultivo que ahora está comenzando a rendir frutos de contaminación, escasez y malestar para la población. 

Ojalá nos equivoquemos y el tema del abasto del agua esté garantizado, de lo contrario, habrá muchos problemas y esto repercutirá, obviamente, en el campo de la política.