
CINE DE MAÑANA
Al presentar su película, El ruido de los motores, dentro de la VII Edición del Cine de Quebec en la Cineteca Nacional, el joven director Philippe Gregoire, explica que es nativo de un pequeño pueblo cercano a la capital, en donde no hay sitios turísticos, ni nada que ver, excepto una pista de carreras.
Así pues, existen pocas opciones para los jóvenes, pues deben trabajar en el gobierno, en el servicio aduanal o irse del lugar.
Eso queda de manifiesto en su ópera prima, que contiene muchos elementos biográficos.
El guión del propio realizador narra la historia de Alexandre (Robert Naylor), un joven que trabaja como instructor de armas en el servicio aduanero.
Es sorprendido cuando tiene una aventura amorosa con una de sus alumnas, y es castigado con una suspensión de diez días.
Visita a su madre Joahnne (Marie Therese Fortín) que tiene una pista de carreras, donde conoce a la enigmática corredora Adalbjorg (Tanja Bjork).
Pero su llegada coincide con la aparición de dibujos pornográficos por la que es responsabilizado por la policía local, y la cosa se complica cuando aparece su jefa (Alexandrine Agostini), con aviesas intenciones.
Gregoire presenta un tema bastante original con un buen sentido de humor y correctas actuaciones.
Le bruits des moteurs resulta, pues, una divertida comedia y una muestra del joven cine quebequense.