
Tras reconocer que el Covid-19 llegó para quedarse, comerciantes del tradicional tianguis de los jueves reconocieron que han adoptado prácticas sanitarias para seguir con las actividades económicas, pero de manera protegida.
Antes de la emergencia sanitaria, los espacios para el consumidor eran muy estrechos, pues en las calles se instalaban tres hileras de comerciantes, dos a los costados y uno en el centro; pero a raíz de la pandemia, sólo se permite la colocación de puestos en los extremos, manteniendo el centro libre, para el paso de los clientes.
Se han habilitado varios puntos para el lavado de manos, la aplicación de gel antibacterial, plástico o acrílico que protege al comprador y al vendedor.
Los comerciantes portan cubrebocas, careta o googles.
En los accesos al tianguis, persiste la aplicación de alcohol gel, mantas informativas sobre la pandemia y medidas preventivas, además de información del plato del buen comer y la jarra del buen beber.
Estos cambios son bien vistos por la ciudadanía y comerciantes, pues se sienten más seguros y con confianza de ir a comprar.