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ADIÓS TORERO

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#ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO

     La tarde del sábado 4 de junio fue sepultado Rodolfo Rodríguez “El Pana”, “el último de los románticos del toreo”

 

 

Estimados Amigos, con el gusto de saludarlos desde este espacio de Plaza Juárez. Como lo informamos oportunamente el pasado jueves 2 de julio, Rodolfo Rodríguez González “El Pana” dejó de existir, después de 32 días de agonía, en el Hospital General de Guadalajara, Jalisco, en donde se le atendía del cuadro de cuadraplegia ocasionado por las severas lesiones con fractura de la columna vertebral, a la altura del cuello, a consecuencia de una lesión de “latigazo” del cuello, provocadas por dos volteretas sufridas por el diestro tlaxcalteca el pasado domingo primero de mayo en la Plaza de Toros de Ciudad Lerdo, Durango.

Si bien “El Pana” fue prendido y volteado feamente por su primero, cayendo de cabeza de fea manera, fue la voltereta que le propinó el toro “Pan Francés”, de la dehesa de Guaname al igual que todos los lidiados ese día, la que causó mayores estragos y dejó postrado al “Brujo de Tlaxcala” sin movimiento alguno en su maltrecho cuerpo.

Pues bien el jueves último, el corazón de Rodolfo Rodríguez González se negó a seguir latiendo, y a las 17:45 horas de ese día, dio el primer paso iniciando el paseíllo hacia el misterio.

Esta muerte, prevista y esperada, causó gran pesar en el medio taurino mundial, infinidad de manifestaciones en reconocimiento a “El Pana” y de apoyo a su familia han expresado toreros, empresarios, ganaderos y aficionados en general, unidos en torno a esta tragedia, como en el lejano enero de 2007 los unió su triunfo en la Monumental Plaza de Toros México, con las faenas a “Rey Mago” y “Conquistador” de la Ganadería de Garfias, con las que resucitó un torero que esa tarde debía haberse ido de los ruedos.

El día viernes, después de ser homenajeado por los taurinos de Guadalajara, Jalisco, en la Plaza de Toros Nuevo Progreso de la capital tapatía, los restos mortales de “El Pana” fueron trasladados a su terruño querido Apizaco, Tlaxcala, en donde se instaló la capilla mortuoria en el Auditorio Municipal “Emilio Sánchez Piedras”, a donde arribó el cuerpo a la medianoche del propio viernes, para ser velado por una heterogénea multitud.

Finalmente el sábado 4 de junio, en una tarde gris con llovizna que más bien parecía llanto celestial, Rodolfo Rodríguez “El Pana”, fue objeto de un homenaje con una misa de cuerpo presente en el ruedo de la Plaza de Toros Monumental que lleva su nombre, al concluir la ceremonia cesó la lluvia y el cielo se abrió, entonces el catafalco que guarda los restos mortales del torero fue llevado en andas, por compañeros de profesión, en dos vueltas al ruedo entre ovaciones, porras y gestos de dolor y despedida de quienes acudieron a acompañarlo en la última aparición en un ruedo.

Terminado el homenaje en “su monumental” el cortejo partió hacia la basílica de nuestra señora de la Misericordia, en donde permaneció el ataúd por unos minutos para posteriormente ser llevados los restos de Rodolfo Rodríguez González en una calandria, no podía ser de otra forma, a una funeraria del sur de la ciudad de Apizaco para ser cremado.

A las exequias del Matador caído asistió el Gobernador del Estado y ganadero de Bravo Don Mariano González Zarur, quien después de expresar sus condolencias a la madre del matador, Alicia González Tapia, y a sus hermanos, hizo un reconocimiento a “El Pana” destacando que fue un diestro que en su momento revolucionó el toreo y puso en alto el nombre de Tlaxcala.

Al término del funeral, los hermanos del torero Francisco, Marina y Esperanza así como los dirigentes de la Asociación nacional de Matadores de Toros hicieron patente su agradecimiento al Gobernador del Estado por el respaldo que el Gobierno del Estado de Tlaxcala junto con el del Estado de Jalisco brindaron a Rodolfo Rodríguez para su debida atención médica desde el mismo día del percance en Ciudad Lerdo.

Se ha cerrado así la última página de la novela, una bella novela taurina, escrita día a día por Rodolfo Rodríguez González, con las vivencias de “El Pana”, un torero diferente, y por diferente incomprendido, que debió luchas por alcanzar un sitio de importancia en la más Bella de las Fiestas, que, como lo hemos expresado antes, se enfrentó a todo y a todos en una heterodoxia que le provocó no pocos enemigos al torero, porque el hombre siempre estuvo dispuesto a hacer y conservar amigos.

Descanse en Paz Maestro, se lo ha ganado después de tanto trajín.

Por ahí nos vemos ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO si Dios lo permite.