ADÁN ABRIÓ UNA PUERTA MUY PELIGROSA

ADÁN ABRIÓ UNA PUERTA MUY PELIGROSA

ALFIL NEGRO

El Secretario de Gobernación ADÁN AUGUSTO LÓPEZ HERNÁNDEZ, en su visita al Congreso del Estado para hablar sobre la presencia de las fuerzas armadas en las calles hasta el 2028, tuvo una expresión que da para pensar y que provoca preocupación, porque es la puerta que se abre para que un militar llegue a Palacio Nacional cuando dijo: “DESDE LUEGO QUE UN MILITAR PUEDE PARTICIPAR EN TAREAS POLÍTICAS Y PUEDE TENER ASPIRACIONES POLÍTICAS, INCLUSO SER PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, PERO PARA ELLO DEBERÁ PARTICIPAR EN PROCESOS ELECTORALES Y SOMETERSE A LAS URNAS”.

Como quien dice, la puerta de Palacio Nacional está abierta para que en cualquier momento un militar sea Presidente de nuestro país, o lo que es lo mismo, lo que por muchos años se evitó en cuanto a la participación de los militares en la lucha del poder, con presencia en el escenario político, porque así lo dictamina nuestra Constitución y con todo el peso de nuestra historia que así lo exige, se va al basurero, porque en esta hora los militares tienen un poder que no se puede negar ni ocultar y con el aval por lo que se ve de la autoridad del país.

Es una puerta peligrosa y preocupante, porque las páginas de nuestra historia nos dicen que la presencia de militares en el poder no ha sido una apuesta buena para México, y porque las fuerzas armadas tienen por mandato de nuestra Carta Magna encargos que son muy claros en cuanto a la defensa de la soberanía del país, con un jefe supremo que es el Presidente de la República, sin opciones para participar en el juego político y por el hecho de ser los depositarios de la fuerza armada del país y las consecuencias que pueden haber cuando está en juego el poder y se tienen las armas en juego.

El último militar Presidente fue MANUEL ÁVILA CAMACHO, en el sexenio de 1940 a 1946 y desde entonces, es decir desde hace 76 años, México no tiene un mandatario militar.

Pero ahora en voz del Secretario de Gobernación, la puerta está abierta y suponemos que quien da lo más da lo menos, de tal manera que no sería raro que en esa tesitura, se pueda pensar en que habrá gobernadores militares, diputados y senadores del mismo origen y ni se diga alcaldes, es decir el poder en manos militares.

Se habla mucho del poder que ya tienen los militares, incrementado por la urgencia de su presencia en el país por la violencia que la administración nacional no ha podido controlar y menos erradicar, con el esquema tradicional en que es la fuerza civil con las policías estatales y municipales quienes se encargan del combate al crimen, auxiliadas desde luego y eso nadie lo discute por las fuerzas armadas cuando la situación se desborda o rebasa a las policías llamémosles civiles, pero hasta ahí.

Que se sepa que nadie se opone a que el ejército apoye a los gobiernos estatales en la lucha contra el crimen, en eso no hay discusión y querer llevar la discusión por ese tema es una falacia.

De lo que se trata es de evitar que con el pretexto del combate a la inseguridad se entregue el país al ejército, renunciando a resolver la inseguridad desde los municipios y los estados.

Para eso hace falta que el gobierno federal fortalezca a las policías municipales y estatales con recursos y capacitación, y todo indica que ya se renunció a esta forma de enfrentar al crimen y se decidió por entregar esta batalla a los militares que además han recibido de parte del gobierno federal encargos que no deben tener y apoyos económicos extraordinarios.

Poderosos en dinero y en decisiones de la vida nacional, no suena ilógico lo que dijo el Secretario de Gobernación en la sede del Congreso de nuestro estado, cuando afirmó que un militar puede ser Presidente de México.

Don Adán en el paraíso del paraíso de su puesto, abrió una puerta muy peligrosa, que va a costar mucho cerrarla.

¿REELECCIÓN ?

Otro tema no menos inquietante, es el de la reelección presidencial. El Jefe del Ejecutivo Federal AMLO, dijo en el estado de Guerrero: “PODRÍAMOS PENSAR EN PROPONER UNA REFORMA PARA AMPLIA EL PERÍODO PRESIDENCIAL, PERO ESO SERÍA CONTRARIO A NUESTROS PRINCIPIOS, A NUESTROS IDEALES, SERÍA TRAICIONARNOS”.

¿Hacía falta tocar el tema por parte del Presidente? Parece que no, pero da mucho qué pensar con el tema de la reelección, pero ese es otro tema.

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