A Jessica

¡Ay, qué muerte tan confiada y ladina!

Su plan macabro no le resultó:
Llevarse a Jessica Blancas
derechito para el panteón.

Fue la calaca hasta Finanzas,
preguntando por la mujer en cuestión,
guiada, quizás, por la esperanza
de finalmente cumplir su misión.

La secretaria muy tranquila
con la muerte, de frente se encontró…
“¡Vengo por ti, Blancas!”
“Quiero que administres mi panteón”.

Pero a Jessica, que es lista
una mejor idea se le ocurrió:
“Solo iré contigo, querida parca
cuando no haya pobres en esta nación”.

Regresa a su morada la calaca,
esperando la gran ocasión,
de hacerse del alma de Jessica
y agregar una más a su colección.

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