“Ya basta de que las conductas de muchos hombres generen dolor y violencia a las familias”: Sabino

TESTIMONIO DE UN BEBEDOR SOCIAL
    •    Con su historia de vida pretende alejar a jóvenes y adolescentes del alcohol y vicios, para no seguir abonando a la descomposición social


Tula de Allende, Hgo.- “Lo primero que tenemos que entender los bebedores sociales es que el alcoholismo es una enfermedad progresiva, incurable y mortal que no solo destruye a uno mismo, sino a todos los que te rodean y sin duda es una de las causas de las problemáticas que estamos enfrentando como parte de la descomposición del tejido social”, narró un abogado de 37 años de edad quien asegura, lucha todos los días para recuperar el tiempo perdido y convertirse en el mejor papá, esposo, hijo, servidor público y hermano.
A nuestro entrevistado a quien identificaremos como Sabino, con su testimonio pretende alejar a los adolescentes, jóvenes y a los no tan jóvenes del alcoholismo o de cualquier otro vicio que esté destruyendo su vida, la de su familia y desde luego, esté generando conductas antisociales que provocan violencia, no solo en los municipios, sino en el estado y el país.
“Inicié a beber alcohol a los 16 años cuando estaba en la prepa”. ¿Por qué lo hacías? “Por torpe, porque a esa edad crees que por beber eres importante, te quieres sentir más, el sabor del vino  y el alcohol no es agradable, pero eso no te importa te echas una, otra y otra, hasta que ya mareado no eres el mismo, estas envalentonado, crees que todo lo puedes y es ahí donde comienzas a cometer muchos errores, pero sigues pensando que eres el más chingón”.
“Cumples la mayoría de edad ya entras a los antros y entonado te das valor si eres tímido, si eres entrón te sientes más valiente, lo cierto es que el alcohol, el cigarro o las drogas poco a poco te van acabando y no quieres darte cuenta”; explica nuestro entrevistado quien agacha la cabeza y echa a volar su imaginación.
¿Cuándo te diste cuenta que tienes una enfermedad? “La borrachera te gusta, pero cuando empiezan los problemas hasta que se forma una bola de nieve que no puedes controlar y para justificarte culpas a los demás de incomprensibles, es cuando tienes que pedir ayuda, por eso busqué amigos, psicólogos, a mi familia; no era suficiente, fue cuando decidí acudir a Alcohólicos Anónimos, donde tengo ocho meses acudiendo”.
Reconoce que le está siendo sumamente difícil, ya tuvo una recaída de la que tuvo que levantarse, al recordar que decidió pedir ayuda cuando descubrió el daño que le estaba haciendo a su hijo de 9 años y la imagen que él se estaba formando de su padre. “Ahí toqué fondo, sumado a todo el sufrimiento y dolor que le estaba generando a mi esposa y a mis padres, a quienes amo con todas mis fuerzas”.
“Mi padre, ni mi madre nunca han tomado ni fumado, llevan 50 años de casados, no tengo justificación de que tuve un mal ejemplo”, refiere a punto de las lágrimas, pero resiste, al tiempo que deja claro que su más grande deseo es dejar de beber para ser feliz y hacer feliz a su familia, “No más un bebedor social”, asegura Sabino.
¿Te has sentido solo? “Sí, pero nunca he estado solo, la familia siempre ha estado conmigo, así como el Creador Supremo en el que tú creas, nada más que no me daba cuenta, el alcohol te ciega, ahora que me he dado cuenta de todo el daño que he hecho no quiero seguir perdiendo el tiempo en dar amor a mi hijo, mi esposa y a toda mi familia”.
No más un padre, esposo e hijo ausente, advierte: “Ya basta de que las conductas de muchos hombres generen dolor y violencia a las familias, hoy con todo lo que observo debemos ponernos, metas, objetivos y que nos demos cuenta que a nadie le gusta cómo somos alcoholizados”.
Agregó: “Mi compromiso y mi deseo es seguir cumpliendo mi responsabilidad como servidor público, mi profesión, no hacer sufrir más a los que me aman y por el contrario trascender en la vida, pero no por el alcohol”.
Finalmente, Sabino, resistiendo las lágrimas, reconoció que su esposa es una guerrera y que es parte fundamental en su lucha por dejar el alcohol, llama a quien es un bebedor social a que busquen ayuda en agrupaciones como Alcohólicos Anónimos o alguna otra organización que tienen un programa que es funcional: “Nunca es tarde para enmendar las cosas, pero no sigamos abonando  a la descomposición social de la que hoy mucho somos responsables de esta violencia que se vive y no sigamos repartiendo culpas”, concluyó.      

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