En una de las salas de la Cineteca Nacional se ha estrenado el interesante documental Diego Maradona de Asif Kapadia.
El director británico especializado en biografías sobre celebridades como Senna o Amy Winehouse, ha elaborado un filme sobre dos personas que son en realidad uno solo.
Diego es un joven humilde, buen hijo que sueña con comprarle una casa a sus padres, mientras que Maradona es una figura pública rodeada por el escándalo, que se sumerge en las drogas y que es ligado a la mafia.
Uno queda fascinado desde el principio cuando el joven Maradona dice que no quiere ser un segundo Pelé, sino forjar su propio nombre.
Sabiamente Edson Arantes do Nascimento reconoce el talento del jugador argentino, pero advierte que no está preparado mentalmente para el estrellato.
Kapadia recupera imágenes de los inicios del jugador en Argentinos Juniors, de su fugaz paso por el Barcelona, para centrarse en su estancia en el Nápoles, equipo al que hace campeón por primera vez en su historia.
Es ahí donde establece nexos con la Camorra, cae en las garras de la droga y embaraza a una amiga de su hermana, negándose luego a reconocer a su hijo.
Uno no puede dejar de emocionarse con la actuación del astro argentino en el Mundial del 86 en el que salen campeones, y en especial su actuación contra Inglaterra, en lo que fue visto como una venganza de la Guerra de las Malvinas.
Diego Maradona, resulta pues una fascinante dicotomía, diferente a la que hizo Emir Kusturica, pero igualmente recomendable.
Dato: Diego Maradona, resulta pues una fascinante dicotomía, diferente a la que hizo Emir Kusturica, pero igualmente recomendable
