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UN INFIERNO BONITO

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SE ECHAN A UN PELUQUERO

Esta es la triste historia de un peluquero dueño de una estética que fue degollado por un muchacho limpiabotas, que no le quiso dar para sus tunas; por el contrario dijo el asesino, dijo que fue en defensa propia, él solo se defendió, los vecinos que lo vieron lo echaron de cabeza y la policía lo capturó, y esto fue lo que dijo: “la navaja con que le corté el gañote era de él, yo no quería matarlo, solo me defendí porque me quiso madrugar, me aventó de navajazos, si no me agacho me pasa lo que el perico”.

 

         Margarito Manila Gómez, de 20 años de edad, aseador de calzado, vecino de la colonia El Paraíso, donde se cometió el crimen, se lo achicalaron los agentes investigadores. Unas horas después del crimen, los policías de la Coordinación de Investigación del grupo Tulancingo, resuelven el caso de  la muerte de Jesús Cruz Hernández, de 47 años de edad, que con violencia lo mataron.

         Las pistas que dieron los vecinos, Juan Calles y Evodio Alarcón, donde se encuentra la estética “Osiris”, sirvieron de mucho a los agentes; un vecino declaró que lo vio cuando, el que ahora es el acusado, conocido en el  bajo mundo como “El Bolas” iba sangrando de la cara y rengueando; lo vieron  salir del negocio donde peinan a las greñudas y les cortan el cabello. Otros de los vecinos dijeron que el bolero y el estilista, la noche del crimen, estaban echando cerveza.

         Para los agentes fue pan comido dar con el domicilio del bolero, que vive en la misma colonia. Los habitantes lo señalaron como el responsable. El sábado temprano lo encontraron afuera de su casa, cuando llevaba su ropa a la lavandería, los agentes le cayeron como aboneros en quincena, no  puso resistencia, les dio la navaja y les dijo que con esa le había cortado el cuello al peluquero, que el muerto se la clavó en una pierna, se la quitó y se vengó.

         Les mostró a los agentes la ropa que estaba llena de sangre, la traía puesta la noche que fue la riña dentro del salón  de belleza, cuando Jesús trató de pasarse de vivo. Quedó a disposición de la Procuraduría de Justicia donde le aplicaran la Ley de Herodes.

         El detenido declaró ante el personal del Ministerio Público, en relación al crimen que cometió. Parecía disco defendiéndose porque el “Pelucas” estaba borracho. Explicó con detalle que desde hace más de dos años conoció a Jesús Cruz y lo invitaba a tomar cerveza, primero fue su bolero particular, con el tiempo fue creciendo la amistad.

         Varias ocasiones le invitaba una chelas, y como le gustan nunca lo despreció, una vez cuando estaba chupando una conocida de ellos, ya estaban borrachos y el peluquero le dijo que a él le gustaba que le dieran para sus tunas; lo invito a que le correteara las lombrices, pero el bolero, que conoce la vida por todos sus clientes le dijo que no, porque son siete años de salación y pagaba con lo mismo.

         Ese día el limpia botas se amarro su calzón, le dijo que la cortaran, que ya no quería que fueran amigos porque él es machín, y francamente no le gustan los mariscos. Por un tiempo le dejó de hablar, hasta que otra vez que pasó lo llamó, comenzaron a platicar, pero Margarito comentó que el estilista no quitaba el dedo del rincón, y le insistía que tuvieran relaciones sexuales, que no se iba arrepentir. Para evitar broncas ya no pasó por la peluquería, le daba la vuelta porque lo hacía que volteara, y cuando estaba solo le enseñaba la cola.

         Un día lo fue a buscar a donde da bola y le dijo que por qué no había ido a verlo, que si no se ha dado cuenta que ya estaba muy greñudo, que se parecía al Cavernario, que  le juraba que no le iba a decir nada, que pasara a echarse su cheve. Varios veces le cortó el cabello y le cobraba 15 pesos, le dijo que  le hacia una rebaja del 80 por ciento porque él era su cliente especial, y que cuando quisiera le daba un paquete de lavarle la cabeza, pelarlo a la moda y rasúralo de todo el cuerpo gratis.

         Pero el bolero no caía, le cambiaba de plática. En una ocasión le platicó el bolero al peluquero que él venía de un rancho, y que su familia vivía en una casa de cartón, que él tenía mucha hambre y no lo metían al programa “Sin hambre”. Vivía solo, y con estos fríos se la pasaba temblando, porque tampoco alcanzó que el gobierno le diera una cobija. Se lo dijo haciendo pucheros, que por un pelito chillaba.

         El peluquero de señoras se quedó muy triste, por amistad le dio una sobada de hombros y se ofreció a prestarle cuatro mil pesos, y que se los pagara con unas visitas íntimas. El bolero no se los aceptó porque tenía miedo de los siete años de salación. Pero Jesús le dijo que iba a cerrar la peluquería para que estuvieran solos.

         El día del crimen, declaró el bolero, que desde temprano salió a trabajar, anduvo por algunos sectores de la ciudad donde tiene clientes; era de noche cuando pasó por la estética y Jesús le invitó un vaso de cerveza. Estuvieron platicando sus cosas. Se aventaron varias caguamas, al bolero se le antojó un cigarro y el peluquero le dio dinero para que fuera a comprar una cajetilla.

         Después, cuando el bolero entró al baño, de manera sorpresiva el peluquero le llegó por la retaguardia con una navaja en la mano. Le dijo que ahora que lo tenía de fuera no se le iba a escapar, por las buenas o por las malas. Margarito trató de calmarlo, le dijo que así no sabe con amenazas, fue cuando el peluquero le clavó la navaja en una pierna y al ver la sangre se puso furioso, le quitó la navaja para defenderse.

         Los dos se aventaron un a lucha a calzón quitado, el aseador de calzado que estaba menos borracho y es más joven que el estilista, lo agarró como luchador poniéndole un candado en la cabeza; le puso una zancadilla que lo tumbó al suelo, le quitó la navaja y le cortó el cuello. Él quería asustarlo, pero como el arma estaba muy filuda, se le fue como agua.

         La sangre le salió chorros, el peluquero se fue debilitándose hasta que quedó muero en el sanitario; el bolero se salió. Como tenía sangre en la cara y en la pierna, pidió a un vecino que le regalara un pedazo de papel para baño y limpiarse, pero lo mandó a la goma, le dijo que él no quería problemas con la policía.

         Los vecinos avisaron a los familiares del peluquero que ya le habían dado en la madre, y que sabían quién era el que lo mató, que avisaran a los gendarmes antes de que se pelara de casquete.

         Margarito Manilla se fue para su casa rengueando, y horas después lo atrapó la  policía. Dijo que fue en defensa de su vida, y para salvar su virginidad, porque Jesús trato de pasarse con él. Era un tipo que le gusta la reversa, que le dieran y luego el dar.

  

LE QUERÍA LLEGAR A SU VIEJA Y LO MATÓ

Según dicen que fue por acosar a su pareja, lo asesinó a madrazo limpio, y dándole con un  palo en la cholla porque se atrevió a pedirle las teleras a su querer. Lo mandó con los diablos y él se peló para la frontera, pero a los tres meses los Agentes de la Coordinación le echaron  el guante y lo pusieron en  la sombra.

Andrés Fernando de 18 años de edad, confesó toda la  verdad.

Dijo que se lo echó al plato en el mes de noviembre del año pasado en el Camino Real de terracería que se encuentra en el municipio de Agustín Tlaxcala, donde fue encontrado el cadáver de Francisco, de acuerdo al reporte de los agentes de la Coordinación de Investigación.

         Durante su estancia en la comandancia, se mostró muy agresivo con  los agentes y contestaba que él no sabía nada de todo lo que le preguntaban, pero ellos estaban montados en su macho, y como cuchillito de palo, por lo que terminó confesado que él fue el culpable.

Declaró que el motivo para que se despachara a Pancho, se debió que acosaba a su pareja, no quitaba el dedo del renglón que le soltara la torta y se aventaron  un cayo. Con un mango de madera le zumbó dos garrotazos en la chirimoya, luego le soltó un derechazo al hígado que se dobló y cayó hacia atrás, golpeándose la cholla con una piedra.

Al verlo que ya no se movía le hablaba pero no recobraba el conocimiento, trató de desaparecer el mango de madera, lo aventó y anduvo como si nada.

Los investigadores, se enteraron que estaba un muerto en el camino de San Agustín Tlaxcala, fueron a ver y tenía el coco abierto porque se había golpeado con una  piedra, pero al hacerle la necropsia se dieron cuenta que tenía otro golpe con un objeto duro en la mollera, sacaron conclusiones que lo habían matado. Preguntando por aquí y por ahí, les dijeron que Andrés es muy celoso, no se le podía parar a su vieja una mosca, porque la correteaba y le daba en su jefa.

Como supo que Francisco era amigo de su mujer, sospechaba lo peor; en el pueblo se habían aventado una madriza que gano fue Francisco, y cuando lo encontraron muerto se las olieron que a él que se lo había echado fue Andrés.

Pero no se supo el motivo, ni tampoco andaba con su señora, pero cuando hay un hombre celoso cree que su vieja está buena y que todos se quieren subir a los caballitos. Lo que se cuenta, que no era cierto, que acosaba a su mujer, ni tampoco eran amigos; la saludaba porque eran paisanos, pero nunca platicaron, ni siquiera se cogieron de la mano.

 

MATÓ A SU TÍO A PUÑALADAS

Todo fue  porque discutieron el sobrino y el tío, pero no sabía que el muchacho no se andaba con cuentos, le cayó gordo y se lo echó al plato, le dio varios piquetes por todos lados del cuerpo y lo mató  con una puñalada trapera.

         El crimen pudo haber quedado impune, nadie se podía imaginar que su sobrino le había dado en la madre, siempre con él fue muy obediente y escuchaba sus consejos, todos sabían que lo quería como a un  hijo. Pero el muchacho tuvo muy mala suerte, porque cuando llevaron a su tío muy grave al Hospital, estaba a punto de colgar los huaraches, a señas les pidió a  lo médicos un papel y alcanzo a escribir quien lo había matado. Era Javier, su sobrino.

         La policía ni lo pensó un momento, fueron por él a su casa, dijo que tenia 18 años y que era menor de edad, los agentes de la Coordinación de Investigación le dijeron que ya era un adulto, que tenía peleas en la coliseo y se lo llevaron al bote.

         De acuerdo con las indagaciones, Casiano falleció pocos minutos después de que llegó al hospital como resultado de varias heridas con arma blanca, que quedó como coladera. Los elementos investigadores de Huejutla de los Reyes, dijeron que por teléfono fueron alertados por sus hermanos de la policía municipal, que habían llevado al nosocomio a un  herido que estaba a punto de morir.

Cuando llegaron en esos momentos estaba por entregar cuentas a San Pedro, les levantaba la mano y la movía, ellos pensaban que les decía adiós, también le contestaron el despido; quería hablar pero no se le entendía, uno de los médicos dijo que quería un papel, se lo dieron y ahí escribió el nombre del asesino, le alcanzó el tiempo de poner el punto.

Llegaron a la casa del sobrino para saber qué pez, y le mostraron el papel para que no echara para atrás, dijo que efectivamente él tuvo que  hacerlo porque su tío lo estaba zurrando porque llegó tarde de un baile y él no tenía por qué hacerlo, solo era hermano de su jefa. El asesino y el arma fueron llevados ante el Ministerio Publico para los efectos de ley.

 

A UN CARTERISTA LO AGARRARON EN PLENO CENTRO

En un descuido de la empleada, un sujeto se apoderó del bolso de mano de una joven que trabaja en  un centro comercial, en la calle de Hidalgo en Pachuca. No dejaba de gritar como loca que la habían robado, que agarraran al ladrón. La pronta intervención de los uniformados logró la captura del delincuente y recuperar la bolsa.

         De acuerdo con la denuncia de la afectada, dijo que mientras se encontraba en el baño de la tienda, al salir notó que un individuo se llevaba su bolsa en la que guarda su dinero, sus credenciales y sus menjurjes para ponerse bella. Al ver que salía corriendo ella también lo hizo, gritando a todo pulmón pidiendo auxilio.

Comentó que eso molestó al ladrón, se  regresó y la calló a madrazos, y le dijo hasta de lo que se iba a morir, que hablara por teléfono a la policía pero que se callara, porque los gritos lo tienen hasta el copete. Algunos de los testigos avisaron a la policía municipal que vigila en el centro de la ciudad, los oficiales aseguraron al emputado (perdón) al imputado del que no podemos decir su nombre porque pude ser inocente, a lo mejor se había encontrado la bolsa.

Se lo llevaron ante el Ministerio Público y dijo que tiene 20 años de edad. Al recuperar el bolso contenía dinero en efectivo, llave del vehículo de la víctima, documentos personales, artículos de belleza; después de explicarles cómo sucedieron las cosas, le entregaron  su bolso, y al ladrón lo trasladaron al área de retención de la policía municipal.

 

LA COLA DEL COCODRILO

Vamos a mandar un colazo a quien corresponda: el 45% no simpatiza con ningún partido político, principalmente los estudiantes del IPN, la UNAM, la Imjuve, y muchas más; asímismo el 31% carece de interés alguno por la política, el 19.5% sabe que los candidatos nunca cumplen lo que prometen en la campaña, solo el 15% piensa que la política es muy importante.

         Los datos anteriores fueron revelados por un documento presentado en la Cámara de diputados, se trata de un estudio realizado cuyo objetivo es conocer la labor de mujeres y hombres de 18 a 29 años en actividades sociales públicas y políticas.

         El documento también indica que en México los partidos políticos carecen de una verdadera vinculación con la juventud, a pesar de que según las cifras por del Instituto Nacional Electoral (INE) el 29.7% del total de la lista nominal son personas entre 18 a 19 años, lo que equivale a los 25 millones, 297 votos juveniles que tendrán un peso muy importante en las elecciones.

         Es todo lo que les digo porque ya se me acabó mi plana. Ahí lo veremos a ver si es cierto, por lo mientras yo estoy como dijo Sócrates: “Yo solamente sé que no sé nada”

gatoseco98@yahoo.com.mx