¿POR QUÉ TANTO ODIO
CONTRA SUSANA ÁNGELES?
Los diputados del Grupo Universidad están furiosos y fuera de sus cabales en sus manifestaciones de rencor contra la que se supone es su compañera de partido, la diputada Susana Ángeles Quezada, a quien la acusan de todo, desde la posible violación de un amparo hasta tráfico de influencias en favor de familiares o conocidos en un intento claro por desprestigiarla y lastimar su fama pública, con el apoyo de sus medios de comunicación y el trabajo subterráneo de sus acólitos de la comunicación.
Extrañamente quien encabezó los ataques fue la diputada Corina Martínez que acusó desde su responsabilidad de presidenta de la Comisión Permanente que el proceso para renovar al Instituto de Transparencia, acceso a la información Pública Gubernamental y Protección de datos personales del estado de Hidalgo, ITAHI, tenía juicios de impugnación y que esto no había sido dado a conocer por Ángeles en ese momento, Presidenta de la mesa directiva y que involucró a todo el Congreso, pues en sus respuestas usó papelería oficial.
Y añadió que todo esto pondría en entredicho la legalidad del proceso de renovación de consejeros al no informarse del amparo, por lo que los diputados desconocen si incurrieron en alguna ilegalidad y exigió informes y datos.
Luego se le sumó el ajonjolí de todos los moles, Ricardo Baptista, ya muy venido a menos desde que le arrebataron la Presidencia de la Junta de Gobierno, quien con dedo flamígero, como dicen los clásicos, habló de conflicto de intereses a la diputada Ángeles.
De lo que se trata, por lo que se ve, es de darle un escarmiento por no querer volar como garza en un acto de venganza absurdo, pero cierto, por lo que se ve.
Susana Ángeles es de las diputadas que no aceptan las cadenas del Grupo Universidad, ni ser parte de su parvada, porque es una joven bien preparada y con sus propias alas sin necesidad de calabazos para nadar y con la capacidad para exhibirlos en sus aberraciones.
Eso no se lo perdonan, que no acepte cencerros para caminar y menos que piense y actúe en consecuencia.
De otro modo no se entiende su odio irracional en su contra.
No tardan en arremeter contra Tatiana, Víctor Osmind y Lucero Ambrosio.
Es la hora del odio y del rencor, así como de la revancha.
Allá ellos, que con su son se lo coman, porque son acciones irracionales, muy lejos de la sana política del acuerdos y consensos.