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Las noches de luna, llenan

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Letras y Memorias
    •    Levantas la vista y ella te sigue, camina contigo y alumbra la oscuridad de los pensamientos que rondan la mente


Llegó implacable la primera luna llena del año, llegó a nuestros cielos con la mística que las leyendas en torno a ella poseen. Luna, tal vez amarga y quizás hasta fiera, pero satélite nuestro al fin y al cabo; ahí está, sobre las cabezas de quienes caminan por las frías calles en una noche oscura pero no profunda.

Al compás de canciones lentas que suenan en las orejas gracias a los audífonos, los pasos cansados llevan como destino un sitio llamado “hogar”, aunque la realidad es que esos mismos pasos quisieran salir de esta comodidad y alcanzar otros lugares, presentarse ante nuevas personas y ser peregrino en tierras distantes, ser el compañero de alguna María que esté por aquí o por allá; pero los pasos hoy no llegarán al lugar querido.

Hoy la caminata nos pone en estos caminos que, tienen un poco de asfalto en sus baches, nos pone bajo el cobijo de una luna que es benévola con quienes se han convertido en criaturas nocturnas y, también nos apapacha cuando el gélido viento aparece sigiloso durante las bocanadas que el cigarro exige.

A uno le llena la luna estando viva, porque siente magia en la barriga cuando esa luz pálida se alcanza a reflejar en los anteojos y opaca a todas las demás luces de nuestra ciudad. Pareciera una locura pero, siguiendo las leyendas y mitos que se dicen sobre esta, podemos convertirnos en hombres lobo y seguro que de un salto alcanzamos al conejo que yace en su superficie.

La luna llena ha inspirado a decenas de poetas, dramaturgos, músicos, pintores, artistas… Y es la misma quien bendice con su existencia necesaria, cualquier muestra de afecto que las personas nos generen.

Hoy que camino con la guía del satélite, rememoro las veces que con pasión en el alma dediqué líneas al cuerpo celeste, pienso en todas esas veces en que me quedé dibujando rostros entrañables y diseñando personas en ese reflejo espacial. Hoy, en la víspera de una vuelta más al sol, la luna me dice que ciertos sueños se hicieron para vivir en la mente, pero que otros más, pueden ser premonitorios.

La luna de plata se mantiene inalcanzable, y así como a nosotros nos llega una víspera de una u otra cosa, a la inmensa luz de arriba también le llegarán sus últimos días estando llena, pero después de ciertos días, giros y milagros, volverá gloriosa a ser ese enorme cuerpo que le dé vida a las desfallecidas razones de quienes le admiran.

La luna me recibe los suspiros que no llegan como flecha a su destino, es receptora de cartas no escritas y de mensajes borrados antes de ser enviados, la luna es quien escucha las canciones que vienen del pecho y que sólo son replicadas mediante el calor de un abrazo; es ella la razón de todos esos sueños que ponen mis pies en otra latitud tomando una mano firme que no me suelte.

Sea pues, este texto, un homenaje a mi adorada luna llena, patrona de los desfallecidos y luz redentora de quienes padecen insomnio deseando cosas imposibles. Es pues, este texto, una primera carta al futuro que aún no nos alcanza pero que llegará en cualquier momento.

¡Hasta el próximo martes!

Postdata: A donde se anida el último pensamiento de la noche, y la primer utopía nítida del año, ahí es a donde pertenecemos; después de todo, puede que los sueños, sean premonitorios.

Mi Twitter: @SoyOsmarEslava