PULSO DEL MEZQUITAL
Los resentidos sociales son como las piedritas en el zapato, que no hacen daño pero cómo molestan y nos provocan disgusto, más cuando no hallamos la manera de deshacernos de ellas y además tenemos que poner buena cara. El presidente municipal de Ixmiquilpan, Pascual Charrez, es un claro ejemplo que nunca dice frío aunque lo cobije el hielo, regalando una sonrisa al mundo a pesar de la adversidad.
Y es que a él no le llueve sobre mojado, prácticamente le ha caído una granizada y ojalá fuera temporal, no, el mal tiempo lo acompaña desde que es presidente municipal. Desde el incremento de la inseguridad, desaparición de personas, la sospechosa vinculación de la policía municipal con la delincuencia, el incremento extraño de su riqueza, el comercio informal desbordado, mandó a la sombra a su propia sangre y a pesar de todo eso, está como conejito de Duracell.
El alcalde nunca pierde la sonrisa y si lo hace, es para agarrar el vuelo y regalarnos una mejor. La semana pasada, una mujer que está pasando un mal momento por la salud de un familiar, agradeció públicamente al presidente municipal su generosidad y bondad, porque si algo tiene es que cuando de ayudar se trata, no se tienta el alma ni el bolsillo.
Según relata la mujer, todas sus opciones se agotaron y no había ya más a quién recurrir y se acercó al alcalde para plantearle su situación, lógicamente él no dudó en ningún momento en sacar su billetera, echarse saliva en los dedos y sacar nada más y nada menos que un Benito Juárez, no, no era de a 500 sino de 20 pesitos.
Los resentidazos sociales se solidarizaron con la ilusa mujer, le ofrecieron su apoyo y hasta algunas amables recomendaciones respecto a los 20 pesos, por ejemplo una de las más suaves fue que el alcalde lo hiciera rollito y con disimulo… Obviamente las críticas subieron de tono, sabiendo que como alcalde pudo no solo ayudarla económicamente, sino en una de esas, canalizarla y brindarle asesoría, porque no solo de dinero vive el hombre, pero para él, lo más sencillo fue echarse un clavado a su bolsillo y checar su morralla, que casi siempre es estorbosa, pero que uno carga para las propinas o para echarle a la maquinita de los dulces.
Donde igual le tupieron duro, fue el aumento intolerable del comercio ambulante y de convertir en un tianguis el centro de la ciudad, viéndose obligado a limpiar una calle. Pero a pesar de los insultos en redes sociales por estos y otros problemas, él se mantiene como Elba Esther, no se arruga y al contrario, anda placeando a su hermano, carnal de sangre, Vicente Charrez, a quien quiere como candidato del PT y lo suceda, lo cual pone la piel de gallina.
No es que estemos atentos a lo que hacen los hermanos Charrez, que desde hace 10 traen un despapaye en Ixmiquilpan y que quieren extender su reino hasta el infinito y más allá, por el puro placer de ver sufrir al respetable y de no perder las delicias del poder. Pero no crea que esto lo hacen por la ambición, el cinismo del condenado poder, del nepotismo y el tráfico de influencias, porque esas cosas sólo pasan en Suiza, Dinamarca, pero no aquí.
En corto:
*Este jueves, en municipios de la región del Mezquital, tomarán protesta los nuevos delegados municipales para el ejercicio de este año.
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