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PEDAZOS DE VIDA

Quien no se haya enamorado, realmente no puede hablar acerca de lo que implica una promesa con aquella persona que se quiere en algún momento de nuestra existencia, el tiempo que transcurre en cada espera, y la forma en que los ojos se iluminan apenas las pupilas han detectado su presencia, su acercamiento, la forma en que camina y llega hasta nosotros, una espera puede implicar mucho e incluso todo cuando se espera a la persona indicada.

Ver como cada minuto es devorado por el dragón del tiempo, mirar las estrellas y no encontrar consuelo, esa es la espera; tiempo en que los primeros segundos pasan desapercibidos en el marcador del sentimiento, pero cuando estos se convierten en minutos y después en horas, el corazón parece quedar estrangulado y da la impresión de que el  bombeo sanguíneo es sólo un acto mecánico y no vital, el momento es un tormento cuando la persona que tanto se ha esperado no llega.

Y así me pasó hoy, en la soledad que embarga mi habitación, donde logramos construir ilusiones de seda que se desagarraron con la torpeza de un estúpido juego que creímos poder jugar, todavía te dije “te quiero, lloraría tu muerte y quiero estar contigo”, pero las palabras se convirtieron en la punta de lanza que abanderó tu orgullo y te hicieron creer que habías ganado, pronto esa espera se convertirá en lo que fue una noche de sentimientos a flor de piel, de un frío nocturno generado por tu ausencia y no por el clima invernal que azota a la ciudad.

Cuando la espera aún no llega, buscas la forma de lucir físicamente más atractivo, de soñar con ser lo mejor, porqué sabes que ahí estará y cuando la espera comienza, las flores se marchitan sin moverse del florero, la comida se agria sin descomponerse ni cambiar; porqué el cambio es visceral, es por dentro, ahí donde los sentimientos y emociones dan distinto sabor a la vida, cuando se daña por dentro, lo de fuera simplemente está perdido en una laguna de lágrimas que se resisten a escapar.

¿Dónde estarás y que es lo que piensas? Me hubiera gustado saber, pero hoy la vida hace lo suyo y como en un momento se profetizó algo así sucedería; los egos, los orgullos a esto llevarían, logramos de alguna forma tensar la cuerda de nuestro caminar juntos y se rompió, no sé si antes o en el momento que tenía que ser, pero de algo si estoy seguro, la espera en vida continúa, no por ti, no de ti sino de algo que ni yo mismo puedo imaginar.

Intento escuchar música pero el silencio de la noche en lugar de avivar las notas, hacen que se apaguen, mis sentidos estuvieron despiertos hacia ti, Y en un segundo como aquella noche en que llegaste también fueron masacrados, hoy es el miedo el que habla, pero no un miedo como cualquier otro, uno cargado de nostalgia que vino a ser el sepulturero de la ilusión.

Así es la espera, tiempo en que los primeros segundos pasan desapercibidos en el marcador del sentimiento.

Si de algo sirve para enaltecer tu orgullo me voy derrotado, pero no por ti sino por mí, al escribirte y enviarte esto. Porqué al final del día lo mereces y aunque sea leído por miles de personas a quienes llegara este texto, bien sabrás que fue por ti, para ti, como una forma de pago por las dos noches que pasamos juntos.