El pragmatismo de Enrique Peña Nieto

TERRAZA

            Enrique Peña Nieto deberá estar pensando que después del Informe podrá hacer más cambios para tener integrado un gabinete equilibrado de varios grupos, que tanta falta le han hecho y no continuar siendo un rehén de su propio gabinete.

 

Si alguien dudaba del pragmatismo del Presidente Enrique Peña Nieto, la semana pasada se despejó la incógnita, cuando se dieron a conocer los nombres de Manlio Fabio Beltrones y de Miguel Basañez Ebergenyi.

            El Secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, confirmó la nominación de Basañez como embajador de México en Estados Unidos, designado hace unos días por el Presidente Enrique Peña Nieto y contando con el beneplácito del Gobierno estadounidense.

            ¿Quién es Miguel Basañez? Para muchos, dirán que es un desconocido, para otros que lo conocemos de hace muchos años y que sabemos de su formación académica y profesional no es un desconocido. Es un político serio, catedrático, nacido en Tuxpan Veracruz y que ya en su vida profesional logró tender lazos con políticos del Estado de México.

            En la Secretaria de Relaciones Exteriores se habla de que Basañez tiene como objetivo  primordial de su gestión al frente de la embajada, consolidar la relación bilateral y posicionar a México como un país en transformación. En su calidad de hombre cercano al Presidente Peña, podrá  el nuevo embajador una vez que lo ratifique el Senado, ayudar a mejorar la imagen  que tienen en el país vecino de México.

            Miguel Barbosa Huerta, presidente del Senado considera que el pleno estará votando entre el 3 y el 8 de septiembre y acudirá a la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara.

            En  cambio el nombramiento de Manlio Fabio Beltrones no se esperaba, aunque se mencionaba entre los probables, nunca se le vio con posibilidades  pues se consideraba que no era gente cercana al Presidente ni al grupo cercano.

            Entonces, ¿por qué a Beltrones se consideró como parte de la fórmula  de unidad  junto con Carolina Monroy  diputada por el Estado  de México?

            Simplemente por el pragmatismo de Enrique Peña Nieto, que no está dispuesto a perder y piensa que con esta fórmula el priísmo se unirá y podrán ganar en el 2016 para llegar al 2018, y enfrentar a Andrés Manuel López Obrador quien con toda seguridad estará en las boletas electorales.

            En sus primeras declaraciones, Beltrones ha sido enfático al señalar que la nueva dirigencia del PRI deberá ser congruente con dos de los principios constitucionales: democracia y equidad.

            Ahora Manlio enfrentará la problemática del proceso electoral del próximo año donde estarán en juego 12 elecciones a gobiernos estatales, diputaciones locales y alcaldes. Todo un reto que seguramente sabrá sortear con éxito, como sucedió en su natal Sonora, donde demostró que es un buen operador político, llevando al triunfo a su paisana hoy gobernadora electa de su estado.

            Beltrones tendrá que demostrar que es capaz de construir candidaturas victoriosas en el 2016, de las cuales dependerá su futuro y tal vez su propia candidatura en el 2018.

            Para esto deberá demostrar porque es reconocido en la política como un negociador hábil, inteligente y cautivador, pero es temido por sus adversarios quienes lo ven como el heredero de Fernando Gutiérrez Barrios, uno de los hombres que más información tuvo de las cañerías  de la política mexicana como bien menciona la revista Proceso.

            Enrique Peña Nieto deberá estar pensando que después del Informe podrá hacer más cambios para tener integrado un gabinete equilibrado de varios grupos, que tanta falta le han hecho y no continuar siendo un rehén de su propio gabinete.

Conocedor de los entre telones de la política, y consciente de lo que le espera, Manlio seguramente sabrá integrar un equipo de priístas equilibrado que lo lleven al triunfo de su partido en el  2016.

Hace unos días Manlio Fabio Beltrones se pronunció por que “toda reforma que venga, si no tiene como eje principal que genere empleo, disminuya la desigualdad y sea para los que menos tienen, no es una buena reforma”. y por supuesto no la apoyará. Y además exigirá la evaluación de los maestros, para que ellos impartan una educación de calidad.

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