Home Nuestra Palabra Adalberto Peralta DICEN QUE YA ESTÁ MUERTO, Y TIEMBLAN CON SU NOMBRE

DICEN QUE YA ESTÁ MUERTO, Y TIEMBLAN CON SU NOMBRE

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ALFIL NEGRO

Raro que es este mundo de la política, porque es el único escenario de la Tierra donde los muertos aunque tengan lápida y epitafio de descanso eterno, no están muertos, porque un político tiene el don de la inmortalidad que tanto busca el hombre para nunca estirar realmente la pata. Usted puede jurar que fulano o zutana que se dedican o dedicaban a la política ya pasaron  a mejor vida, porque ya no se les ve, porque ya no se les nombra, porque  ni sus luces, lo que debe indicar, dice uno, que ya “adiós mis tortillas duras”, que “ya les levantaron la canasta” y que por todos los signos que se tienen, deben ser objeto de ofrenda en noviembre, porque políticamente ya entregaron el equipo y se fueron al mundo de las sombras para no volver nunca.
Pues no. No estaban muertos, andaban de parranda y cuando menos se lo espera uno, reaparecen, en ese extraordinario “actus mortis” que ejecutaba a la perfección el gran Kalimán, en donde todos los signos eran de que ya había  entregado el equipo, pero no, era un truco para destantear a los rivales y sorprenderlos con golpes maestros.
Así pasa en la política, donde dar por muerto a un político es no entender algo de este maravilloso mundo de acuerdos, chantajes, diálogo sin duda, presiones, chismes, ataques, mentiras, grandes verdades, traiciones, deslealtades, chapulinezcos actos, alianzas hasta con el diablo, abusos, generosidades, etcétera. pero siempre con una verdad mil veces comprobada: los políticos nunca mueren y se van cuando quieren, porque es una vocación, obsesión, carrera, modus vivendi, aspiración en muchos a la inmortalidad, aunque sea por unos años, y en otros, tampoco hay que negarlo, camino para hacerse de dinero y de poder sea como sea.
Por desgracia estos políticos son los que más abundan y son de todos los colores.
POR ESO, no es extraño que pese a que el PRI fue el gran perdedor de la gran elección en la que ganó Obrador, y todo indica que no Morena, por los desfiguros que andan haciendo y la exhibida que se dan como ambiciosos y abusivos, no todos, pero muchos, que con esa piel piensan que ganaron las elecciones.
Sin ir más lejos, aquí en Hidalgo se da ese caso con los que triunfaron y no son de Morena sino del Grupo Universidad y que, por la pasividad y dejadez  de los verdaderos morenos, siguen haciendo de las suyas.
Pero “algo tiene el agua cuando la bendicen”, porque si el PRI está cadáver se supone que ya no les preocupa y que por lo mismo lo mejor que pueden hacer es olvidarse que existió y dedicarse a trabajar en lo suyo.
Sin embargo, dan la impresión de que oyen el nombre de “PRI” y tiemblan, porque no los deja dormir y porque pese a la gran derrota, signos hay de que se organiza, que trabaja y que por lo menos en Hidalgo, para el 7 de junio del 2020, les puede dar la sorpresas, sobre todo porque los morenos en el Congreso han sido un desastre, con actuaciones tan lamentables como la uña que le metieron al Presupuesto 2019 para beneficiar al  grupo de Sosa Castelán y por la forma tan torpe como quisieron apropiarse de 750 millones de pesos.
Lo último fue la votación para la Interrupción Legal del Embarazo, ILE, que los Sosistas echaron abajo, porque dijo su coordinador Baptista, que venían tiempos electorales y no era cuestión, se supone, de perder votos aprobando algo que les podrían cobrar en las urnas.
Eso crea facturas en otros votantes, porque su decisión no nace de principios o de razonamientos válidos, sino de motivos grillos en que las mujeres no contaron. Pudieron votar como quisieran, pero no por motivos  de elecciones y por órdenes llegadas desde fuera del Congreso.
Por eso, por sus metidas de patas, les da miedo el PRI. Y a nivel nacional la cosa no es distinta.
Ahora Morena le quiere quitar los colores de la bandera al escudo del PRI que no tiene nada de extraordinario, pero cuestionable, por lo que encierra de revanchismo y de temor a que renazca, a lo mejor un poco por el trabajo que llevan a cabo y en mucho por los desfiguros de Morena.
El trabajo y la seriedad para cumplir compromisos es el mejor camino. Pero si se falla por abusivos tiene razón en temblar.
El resultado del 7 de junio dirá la última palabra.