• El espíritu de la Navidad en tiempos electorales
Para muchos es algo inocente y absurdo esperar que de alguna forma el espíritu de la Navidad se adentre en el corazón de quienes hacen política, porque de acuerdo a su óptica siempre hemos sido presa de buenas intenciones que se esfuman apenas empieza la práctica del ejercicio del poder.
El poder no son buenas intenciones sino acciones concretas y en no pocos casos descarnadas. El poder es un puente inmediato a todo tipo de confrontaciones.
Sin embargo y en un afán de pensar que no todo está perdido, es vital recurrir a esos primeros sentimientos que llevaron a un hombre y una mujer, a buscar un cargo de elección popular, que siempre tienen que ver con la intención de ayudar al prójimo.
De alguna manera es posible indagar en los recuerdos, los sentimientos de quienes pasado el tiempo pareciera que han perdido el hábito fundamental del corazón que mueve el destino de todo ser humano.
Por eso, en estos momentos previos en que la lista de personajes dispuestos a sacrificar pasado, presente y futuro para ser candidatos del partido político que sea a una presidencia municipal. se dispara hasta el infinito, resulta vital llamarlos a la reflexión.
¿Para qué quieren el poder, por muy pequeño que sea el ayuntamiento donde buscan ser autoridad?
¿Es una pretensión personal o parte del proyecto en busca del poder absoluto de un grupo donde el individuo como tal ha dejado de existir?
¿Hay todavía en el bagaje de principios un espacio para la compasión por sí mismo y por lo tanto hacia sus semejantes?
¿Qué los mueve a querer ser poderosos?
Tendrán tiempo y vocación para un espacio de reflexión, pero sobre todo de contrición para entender que el poder en manos de incapaces enferma, destruye todo, incluso lo más cercano y querido de quien lo tiene en sus manos.
¿Saben del riesgo que implica tener en sus manos el destino de poca o mucha gente de un municipio?
¿Lo entienden?
Es tiempo de pensarlo, de que recapaciten que no pueden, no deben asistir a un festín para la repartición de candidaturas nada más porque a su patrón o padre espiritual se le ocurrió apuntarlos.
Es un asunto serio
No está en juego solo su vida particular, sino la de cientos, miles, que no tienen el gusto de conocerlo.
Por eso el llamado a que de alguna forma el espíritu de la Navidad los inspire, los lleve a una real y profunda reflexión.
Todavía es tiempo.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta