El planeta se calienta y la COP25 concluye sin grandes acuerdos

Falta menos de un año para la implementación de los Acuerdos de París sobre el calentamiento global y la conferencia de Madrid, que debía conducir a los países a materializar los Acuerdos sobre el clima, ha mostrado más debilidades que fortalezas. En medio de fuertes tensiones, la COP25, que ha sido la más larga de la historia, estuvo caracterizada por la resistencia de algunos de los países más contaminantes a asumir su responsabilidad sobre las emisiones y el calentamiento global que provocan.

Cuando alrededor del planeta millones de jóvenes se manifiestan en contra de la inacción de los adultos frente al calentamiento global y su incapacidad para detener el aumento de las temperaturas por debajo de los 1.5 grados, muchos mandatarios se resisten aún a cooperar para lograrlo. El objetivo ideal de los Acuerdos de París, es que las naciones contribuyan a reducir sus emisiones de gases que provocan el efecto invernadero; es decir, reducir anualmente en un 7.6% los gases de efecto invernadero durante la próxima década.
Igual que en México, durante la COP16 de Cancún, donde la decepción se apoderó de muchos ambientalistas, en la COP25 los medios señalan que unas horas antes del final de la conferencia Alden Meyer, Director de Estrategia de la Unión de Científicos Preocupados, señalaba que había estado involucrado en estas negociaciones climáticas desde que comenzaron en 1991; pero nunca había visto la desconexión casi total que se había producido en España, entre lo que exige la ciencia y lo que exige la población mundial, y lo que las negociaciones han aportado en términos de medidas concretas, precisaba, lamentándose del fracaso de las mismas.
Aun cuando se acaba el tiempo para poner en práctica los Acuerdos de París, la mayoría de los grandes emisores de CO2 callaron en las discusiones, brillaron por su ausencia o intentaron obstruirlas. De tal forma que, por segundo año consecutivo, las negociaciones sobre las reglas para el funcionamiento de los futuros mercados de carbono, contenidas en el Artículo 6 de los Acuerdos de París, el tema más debatido en la COP25, terminó dejando un sabor amargo de fracaso y con mucha incertidumbre, de acuerdo a los analistas.
En cuestión, quedó en el aire aún, el bloqueo de países que quieren vender créditos de carbono sin considerarlos entre las nuevas medidas que los Estados deben presentar, en términos de la reducción de emisiones y su balance el año próximo en la COP26 de Glasgow, Escocia. Brasil y Australia han sido seleccionados para poner en marcha los nuevos planes y se formó un grupo de alrededor de 30 gobiernos, para garantizar y defender la adopción de las nuevas reglas de la puesta en marcha de un plan ambicioso para detener el calentamiento del planeta; cuyo objetivo será preservar la integridad de estos mercados y, en términos más generales, evitar un debilitamiento, de los Acuerdos de 2015.
En realidad, los Acuerdos de París son demasiado importante para la humanidad y las políticas de corto plazo de las principales potencias mundiales sólo pueden postergar su cumplimiento y generar más destrucción en el planeta. Los Estados han reconocido la realidad de pérdidas y daños, un término que designa los impactos irreversibles debidos al cambio climático, al crear un grupo de expertos para trabajar en un mecanismo de compensación; sin embargo, en las negociaciones no se hizo referencia a fondos adicionales, según los reportes de prensa, tal como se solicitó para los países y Estados insulares, que son los más vulnerables frente al cambio climático, pues son ya los primeros en verse afectados con el deshielo de los polos.
Harjeet Singh, de ONG ActionAid, señalaba al final de la COP25 de España que, Estados Unidos y Australia, en particular, han bloqueado sin escrúpulos cualquier progreso en las negociaciones, pero que no se podía seguir pidiendo a los países en desarrollo que hagan más para reducir sus emisiones sin poner dinero sobre la mesa. No obstante, se adoptó un plan de acción general a pesar de la oposición de algunos países, especialmente Irán, que cuestionaba las referencias de derechos humanos obtenidas en la lucha del Acuerdo de París. Por ahora el plan deberá mejorar la participación de las mujeres en las negociaciones internacionales sobre el clima, ayudar a definir mejor las políticas climáticas nacionales y facilitar el acceso de las organizaciones locales de mujeres a fondos dedicados al clima, a pesar de que se considera que la COP25, que concluyó este domingo, ha traicionado su promesa de lograr que los Estados reduzcan aún más sus emisiones de gases de efecto invernadero.

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