RETRATOS HABLADOS

Fin de temporada
    •     No es así la vida, ni siquiera la política que se nutre de la creación de arquetipos… 


Abierta la temporada de elecciones llega a su fin la temporada de comedia, tragedia y drama que se ha escenificado a lo largo y ancho de Hidalgo, con histriones que han insistido hasta la saciedad en pasar a la posteridad como la encarnación de la maldad, unos, y de la bondad, otros.
    Hace mucho que nos vacunamos contra el mal de los radicalismos, o la necedad de ver la sucesión de los hecho con los anteojos que solo pueden ver todo en blanco o en negro.
   No es así la vida, ni siquiera la política que se nutre de la creación de arquetipos, porque no hay como crear un electorado radicalizado para que se olvide de la reflexión y acepte la rivalidad a ultranza para descalificar a quienes ya ve como enemigos por no coincidir con su punto de vista.
     En el 2020 habrá comicios para elegir 84 presidentes municipales en territorio hidalguense. Si usted ha aprendido algo de las pasadas temporadas teatrales, habrá descubierto por principio de cuentas, que no puede otorgar el todo a uno solo, que de ningún modo un solo bando puede tener la razón absoluta por la simple y sencilla razón de que la verdad absoluta no existe.
     Tampoco los líderes que odian garantizan nada, porque el odio solo cabe en quien se ha perdido a sí mismo y navega en el mar de las eternidades ajenas a lo terrenal.
     Los comicios municipales pueden servir sin duda alguna para conformar una geografía del poder más equilibrada en la entidad, así como para reconocer o no reconocer el camino que se lleva.
    Del mismo modo para exigir cuentas a grupos de poder que tienen como única guía la venganza, porque se sienten ofendidos por supuestas afrentas recibidas.
     Hidalgo puede convertirse en una primera y gran instancia para hacer a un lado del escenario político a grupos caciquiles que en no pocos Estados de la República han desgastado la imagen del Presidente López Obrador, a quien invocan como su protector para mantener una verdadera campaña de desgaste en contra de SUS enemigos, no del proyecto del Jefe de la Nación.
     Al cierre del año cada partido político sabe que mantener el juego de las mascaradas ya no funciona, pero fundamentalmente que su propia existencia está en juego porque el votante hoy como nunca sabe que tiene en sus manos del poder para cambiar. Y si se equivoca volver a cambiar.
     Los grupos de presión y de poder político pierden razón de ser si su único objetivo es satisfacer la obsesión de su sempiterno líder.
    2020 deberá ser el capítulo final de los que consideran a la política como un arma de venganza.

Mil gracias, hasta mañana.

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